La Directora Ejecutiva de ELA habló con ABCHOY sobre la situación de la Justicia respecto del tratamiento de los Derechos de las Mujeres y condenó la falta de decisión política para implementar políticas de género. También reclamó que la movilización del 3 de junio signifique el paso del estupor a la acción.
Natalia Gherardi es abogada, Directora Ejecutiva del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género, una ONG que, apoyada por diversas Fundaciones y ONG´s del mundo, con el objeto de revisar el Derecho desde una perspectiva de género, proponer Reformas Institucionales para crear condiciones igualitarias entre hombres y mujeres, facilitar el acceso de las mujeres a la Justicia, analizar e impulsar políticas públicas que promuevan el ejercicio de los derechos humanos de las mujeres, representar los derechos de las mujeres e impulsar capacitaciones.
En su continuo trabajo, recogen una amplia experiencia tanto en el conocimiento de las trabas e imposiciones sobre los derechos de las mujeres, pero también han desarrollado una interesante tarea impulsando diferentes leyes y políticas públicas.
Consultada por ABCHOY, dentro del ciclo de entrevistas con miras a la convocatoria nacional “Ni una menos”, la Dra. Gherardi “Hace 10 años que trabajamos y una de nuestras misiones es contribuir a la equidad de género a través de las políticas públicas y el acceso a la Justicia. Para eso hacemos investigaciones sobre diversos temas, para tratar de contribuir a mejores diagnósticos que puedan ayudar al diseño de mejores políticas públicas y luego en su implementación y monitoreo. Desde el principio de nuestro trabajo, el tema de violencia contra las mujeres fue central en nuestra agenda porque es un tema que no es nuevo en la lucha por la igualdad de género y en los últimos ha tenido cada vez mayor presencia en la agenda pública y por supuesto, hay mayores oportunidades y desafíos para trabajar en el tema.”
La Directora de ELA cree “que en los últimos 20 años en la Argentina y la región se fue consolidando un marco normativo interesante y apropiado para trabajar contra la violencia de género. El problema es que en éste, como en otros temas, las dificultades se encuentran no tanto en la sanción de nuevas leyes sino en asegurar las condiciones para su implementación. En el tema de violencia tenemos un marco normativo adecuado, interesante, como primero las leyes para protección de la violencia familiar y la sanción de medidas cautelares, y más recientemente, hace seis años, la sanción de la Ley contra todas las demás violencias, pero la verdad es que la implementación de esta última en particular es muy defectuosa.”
“Creo que la principal dificultad es que no hay una verdadera voluntad política para implementarla. Falta una decisión seria de trabajar por los derechos de las mujeres. Eso se pone de manifiesto en la falta de presupuesto. En el mismo año que el Congreso Nacional aprobó la Ley Integral de Protección contra todas las formas de Violencia, en ese mismo año se dio menos presupuesto al Consejo Nacional de las Mujeres, que es el órgano nacional encargado de su implementación, y menos presupuesto para la Dirección de Bibliotecas Populares. Eso te demuestra que no tomaban muy en serio la dimensión del trabajo que le encomendaban al Consejo Nacional de las Mujeres, que tiene varios problemas pero sin presupuesto, sin dudas, no va a resolver ninguno de ellos” afirma.
La Dra. Gherardi señala “Existen varios problemas. Uno el acceso a la Justicia, y la pregunta es ¿Cuáles son los casos de violencia que llegan a la Justicia? Eso tiene una primer barrera que es saber qué tan cerca o lejos están los Tribunales de Justicia, qué tanto conocimiento hay de parte de las mujeres de las normas dispuestas en el Organismo Jurídico para protegerlas. Esto es un problema grave porque puede haber todo un marco normativo útil y apropiado que tenemos, si no es conocido, no se demanda su aplicación, no nos va a servir de mucho. Otro problema es el mantenimiento del sistema de Justicia, que las mujeres muchas veces denuncian, pero porque no hay otras políticas públicas de apoyo, entonces no encuentran posibilidades de sostener emocional, económicamente la decisión de mantener la objeción de tener una situación violencia. Y después encontramos la actuación de la Justicia. No solamente en las sentencias sino también en los procedimientos. Cómo la Justicia procesa estos casos donde es parte activa, con qué mirada y demás. Y ahí sí que hay un componente importante de una Justicia machista. Yo no lo asignaría exclusivamente a los varones. No creo que sean solamente los varones Jueces o funcionarios del Poder Judicial los que tienen esta mirada de desinterés o despectiva respecto a los Derechos de las Mujeres. Hay muy buenos jueces varones y pésimas juezas mujeres. Hay una deficiente formación del Derecho o las Magistraturas y no es propio de uno u otro sexo. Sí hay jueces varones que son terriblemente retrógados en su mirada sobre las mujeres. Tenemos varios ejemplos de dominio público en estos días, pero en nuestro observatorio de Sentencias Judiciales todos los años vemos ejemplos de Sentencias terriblemente misóginas y contrarias a los Derechos de las mujeres. Y hay un problema de formación de los profesionales del Derecho y sobre todo un problema de falta de rendición de cuentas. Esto que está pasando últimamente de exigir a los Jueces que rindan cuentas de sus sentencias, que expliquen lo inexplicable y demás, es un ejercicio muy sano que tenemos que hacer”
Sin embargo, no considera que el “machismo” de la Justicia se vaya a solucionar necesariamente con la presencia de más mujeres juezas “Creo que nombrar más mujeres juezas es importante no porque necesariamente de allí se vaya a mejorar la perspectiva de género en el poder judicial porque creo que no es una obligación de varones y de mujeres. No hace falta que haya mujeres para que haya mejores sentencias. Creo que hacen falta mujeres para que haya más democracia en el Poder Judicial. Un Poder Judicial más diverso, más plural, siempre va a ser un Poder Judicial mejor, en términos de Género y en otras formas de Diversidad también. Creo que no hay que esperar a tener más juezas para exigir una Justicia sensible a las cuestiones de género. Eso hay que exigírselo ya mismo a todos los integrantes varones y mujeres del Poder Judicial”
Los últimos hechos de feminicidios alarman a la población “Creo que hay que aprovechar este momento de estupor en la población, de gran sensibilidad sobre el tema, para diseñar e implementar políticas públicas acordes a la dimensión del problema. Yo creo que no es un problema de ahora, de hace un año, dos o cinco años. Ahora se habla más el tema y hay más gente particularmente involucrada. Estamos en una sociedad con un problema que involucra a mujeres y varones en ciudades grandes, ciudades pequeñas, en las grandes capitales y el ámbito rural, porque finalmente este es un problema cultural. Es el problema de una cultura que cree que los varones tienen derecho de disponer de la vida y de la integridad de las mujeres, y eso no se va a transformar solamente con implementación de leyes, sino con la transformación de la cultura. Para eso hay que tener una sociedad sensibilizada. No creo que haya más casos. Sí hay más conciencia.”
Con miras a la movilización convocada para el miércoles 3 de junio en todo el país, en el marco de la campaña llamada “Ni una menos”, Natalia Gherardi cree que “Es una gran oportunidad para conocer con qué seriedad nos tomamos este problema. Un punto de inicio para involucrar a la sociedad y no solamente a las personas que trabajamos en el tema desde hace muchos años. Espero que el 3 de junio sea una manifestación que muestre que hemos pasado del estupor, del espanto, a la acción y el involucramiento personal. Hay más que instantáneas que nos sacamos y circulan por las redes sociales, sino que haya presencia efectiva de mujeres y valores en acción”
http://www.abchoy.com.ar/rauch/leernota.php?id=117760&titulo=ni_una_menos_en_rauch
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