Los hombres no lloran

Las mujeres siempre hemos sido más predilectas a tomar partido de nuestra vida emocional, alguna creencia nos hace pensar que los hombres no necesitan pisar estos suelos terapéuticos a menos que algo grave les suceda, pero en medio de los vaivenes de la vida actual ante la necesidad de canalizar emociones, cerrar heridas, controlar el estrés y la ansiedad, van dejando atrás a ese masculino macho-cabrío que no sufre.

Por Any Piserá

¿Escuchaste hablar del sagrado masculino? ¿Alguna vez pensaste en integrar esta energía que vive en vos?

En principio vamos a recordar que estamos compuestos por energía femenina y masculina, más allá de nuestra condición de género o elección sexual.

El masculino divino convive con todos nosotros dentro de nuestro campo de luz. Está representado por diferentes características: el sol, luz, acción, calor, linaje paterno; tu Yang habita en el lado derecho del cuerpo, tu vocación o profesión y cómo te vinculás con todo ello.

Para hablar específicamente de los tiempos que corren, sumado a mi propia experiencia, puedo decir que estamos en proceso de sanación e integración de esta energía masculina y al linaje que la representa.

En mi caso comencé por observar mi vocación y cómo estaba ese vínculo interno, lo cual desencadenó una serie de acciones y cambios fuertes, como transformar patrones de mi linaje paterno, hasta concretar cambios en mi vida laboral, atravesando el vínculo interno con las relaciones personales.  La creencia de ser débil ante la ayuda externa es insostenible. Hoy se hace más evidente y sanador el despertar del sagrado masculino que vive en cada persona, y esto nos lleva a reflexionar acerca de patrones y linajes que nos fueron dejando enseñanzas que resultan caducas a la hora de transitar la vida.

Dentro de las consultas encuentro admiración por los varones que han dispuesto su energía a equilibrar el masculino herido, con sus duelos, separaciones, carencias y síntomas incómodos a nivel físico, también en las mujeres que han comenzado por sanar sus linajes dando lugar al vínculo con pares desde un ángulo diferente al estipulado por la sociedad, ambos liberándose de mandatos y creencias que opacaban sus vidas.

Integrar el Yin y el Yang es un acto de amor verdadero. En el consultorio, hemos utilizado técnicas como Abedul -therapia de reconexión álmica-, Amancay -lectura del campo áurico-, memoria celular para desactivar patrones y lectura de registros para que puedan tomar conciencia de sus verdaderos potenciales y su propósito de vida.

Sanar este masculino divino nos eleva a una dimensión superior de estabilidad, responsabilidad personal y protección que nos permite abrirnos al amor.

Te invito a compartir tus sentires, desde tu energía masculina hoy. ¿Qué proyección observas de tus patrones y creencias ? ¿Esa herida te permite continuar? ¿Estás dispuesta/o a sanar el sagrado masculino?

Ana Maria Piserá
Terapeuta holística, brindando servicio desde hace 20 años.
Me encontrás en @anympisera y en @unlugardelalma

anampisera@gmail.com
https://anampisera.wixsite.com/misitio/terapias
https://soundcloud.com/ana-pisera
 

Comentarios