Alergia a la proteína de leche de vaca: cuando te toca de cerca
Hace un par de ediciones atrás, nuestro colaborador el Dr. Tomi Canet, escribió una nota sobre la alergia a la proteína de leche de vaca. En esta oportunidad, les comparto la vivencia de Julieta.

Por Chechu Favier (Mamá Pulpo)
Si todavía no leyeron la nota que nombro arriba pueden leer acá. Fue el puntapié para que yo hablara de este tema. Porque a lo largo de todos estos años de estudio y experiencia con la maternidad y la infancia me llamó poderosamente la atención cómo se fue elevando el número de casos coincidiendo con el aumento en las tasas de cesáreas. Si bien no es regla, quienes nacieron de esta manera si tienen mayores chances de padecerla. Lo bueno de todo esto, como explica Tomi, es que al tratarse de una alergia, hacia los 2 años la gran mayoría la supera. Pero como cualquier situación que padecen nuestros hijos e hijas, más aún cuando son bebés, nos llena de angustia, incertidumbre, bronca e, incluso, culpa.
No puedo escribir en primera persona porque en nuestra familia nadie la tiene; por lo que decidí proponerle a otra mujer que lo hiciera. Con ustedes Julieta Caballero, mamá de Rafa, de 2 años y medio:
“Un primero de mayo del 2019, me enteraba de que mi bebé era APLV, alérgico a la proteína de la leche de vaca -más adelante sumaríamos la soja-. Una alergia que impide que tanto mi hijo como yo -ya que amamanto- consumamos ningún tipo de lácteo ni sus derivados.
Me enfrenté con algo que al momento de ser mamá jamás imaginé ni esperé. Con firmeza y convicción le dije a su pediatra cuando confirmó el diagnóstico: ‘Fórmula no. Yo hago la dieta y sigo LME’. Vamos dos años y contando de dieta del amor como lo llamamos las familias que transitamos este momento, con apoyo de papá, que acompaña nuestra dieta también.
No fue ni es camino fácil: tenés que leer la etiqueta de cada paquete para ver si está o no contaminado o consultar a empresas; hasta que llegas a la conclusión de que lo mejor es lo hecho en casa, pero incluso hay que hacer una búsqueda exhaustiva de ingredientes. Esto me llevó a algo que nunca imaginé (y que hoy agradezco mirando el lado positivo): a una alimentación más saludable y libre de ultraprocesados, a repensar que comía ya que quizás, si no sucedía esto, le daría de comer cosas que hoy no le doy porque solo son cosas que nos dañan y no nos alimentan.
Cuando empezó todo lo peor era que cada vez que Rafa hacía caca me daba pánico de ir a cambiarlo y que hubiese hecho su reacción (que es defecar con hilos de sangre, hay varios síntomas más). Pasado el tiempo, me puse más canchera con todo y de a poco Rafa no volvió a reaccionar.
Hicimos desafío al año y medio para ver si ya había pasado y no, volvimos un paso atrás. Hoy seguimos con dieta y veremos en el próximo desafío si superó o no la alergia. De no ser así, no importa ahora. Sabemos que él come bien, crece y está sano. En casa esto ya es nuestra forma de vida. Solo espero con ansias que la supere, porque todo se vuelve engorroso con el inicio del jardín o las invitaciones a los cumples porque hay que estar atentos.
El pilar de su salud, lo digo y lo sostengo, fue que tome teta hasta el día de hoy. Muchas mamás sufren porque no pueden amamantar y las leches especiales tampoco las toleran y pasan experiencias más difíciles que la nuestra. A ellas las abrazo, las aplaudo, porque nos suelen decir que somos exageradas, pero somos madres cuidando a nuestros hijos, somos luchadoras. Nunca hay que permitir que se nos digan estas cosas porque la falta de información y de acompañamiento no ayuda. Siempre que tengan dudas de una posible alergia consulten con su pediatra de confianza, no se queden con la inquietud, confiemos en nuestro instinto.
Hoy por hoy festejo el rumbo que tomó mi vida hacia una alimentación consciente porque no me lo esperaba, al principio no lo vi, hoy lo celebro; y si me preguntan ‘¿volverías a pasar por esto de nuevo?’; sí, una y mil veces, porque además no se está excento de que otro hijo tenga la misma alergia, agradezco a la gente que me apoya, familia y amigos, que se ponen en nuestro lugar. Son pocos, pero los hay; y a mi compañero de vida que desde el día uno me dijo ‘vamos a poder juntos’".
Ser Mamá Pulpo me permitió conocer a muchas personas. Entre ellas Juli. La conocí cuando me escribía desde la página de su emprendimiento en el que ofrecía comida libre de lácteos. Luego, la relación se fue fortaleciendo y hoy somos amigas. Ha venido a casa y me he preocupado por cocinarles alimentos aptos. ¡Son tantas las cosas que hay que tener en cuenta! La admiro cuando en la cumples de Rafa cocina TODO para que él pueda comer lo que quiera, como se esmera para buscar recetas, como se alegra cuando encuentra un nuevo producto apto para su consumo.
Experiencias como la de ella y Rafa, muchas. Incluso como contó también, más difíciles. Quería acercarles este relato para que sepan que si diagnostican a sus hijos o hijas con esta alergia pueden llevar a cabo una vida “normal”, continuar la lactancia y, quién sabe, convertir su alimentación en una mucho más sana y casera.
Mamá Pulpo
Acompañamiento afectivo al nacimiento - Compañía en pre y postparto
Consultorio de Lactancia
Consultorio de Porteo
Servicio de Niñeras Premium
Alquiler de extractores de leche eléctricos
Venta de libros infantiles y de crianza
(0249) 154 342588
Mamá Pulpo
@mamapulpotandil
Comentarios