Redescubriendo ingredientes, otra forma de entender la comida
¿Sabías que podés cambiar algunos de los ingredientes de una receta tradicional por otros menos comunes y que la diferencia sea casi imperceptible? Aunque te parezca difícil, raro o que nadie lo va a comer, lo que en general sucede es que pasa desapercibido y ¡todos comen como siempre! ¿Te animarías a hacer un brownie con porotos?

Por: Vero Zieres
A muchas comidas se les pueden cambiar sus ingredientes por algunos que quizás te parezcan rarísimos en algún sentido, y otros que no tanto, pero que pueden modificar significativamente la calidad nutricional de ese alimento, incorporando de esa manera ingredientes que en general no consumís, casi sin modificar el producto final.
Porque la idea, mi idea, no es restringir alimentos, sino sumar nuevos, diferentes, quizás más conscientes o sentidos, como me gusta llamarlos, y así entender a la comida con todas sus variantes.
Un cereal entero, no hablo de cereales para el desayuno, me refiero a arroz, quínoa, cebada, mijo y muchos otros, tienen almidones similares a la harina, entonces -muchas veces- utilizando diferentes técnicas, pueden funcionar como reemplazo en algunas recetas, sin la necesidad de utilizar ningún tipo de harina.
Lo mismo sucede con las legumbres. La mayoría de las legumbres, por más que sea difícil de imaginar, va muy bien con lo dulce. Se pueden hacer tortas, brownies, masitas, cremas, ¡hasta helados!
Los vegetales y las frutas se pueden incluir en infinidad de preparaciones, solo hay que dejar volar la imaginación, y si aun así se hace difícil, en mis redes sociales podés encontrar muchas ideas. También tenemos un gran mundo de recetas en las redes sociales o en Google para inspirarnos.
Para entender cada ingrediente, y la cantidad de posibilidades que nos brinda, no es necesario ser un chef profesional, solo se necesitan ganas de incorporar alimentos nuevos y creatividad. También es fundamental soltar los miedos, cocinar con confianza, con conciencia y conectar con los ingredientes.
No hace falta realizar recetas complicadas, con muchos pasos ni con ingredientes difíciles de conseguir. Al contrario, la idea es que sea simple, fácil, posible y, sobre todo, ¡rico!
Para dejar atrás las estructuras y los prejuicios, y para que te vayas familiarizando con este tipo de recetas, hoy te dejo una de mis favoritas, con todos los adjetivos positivos que puedas imaginar.
Brownie sin harinas y... de ¡legumbre!
Podés usar la legumbre que tengas, la que sea. Dentro de las legumbres encontramos toda clase de porotos, lentejas, garbanzos, etc.
Solo hay que seguir 2 reglas.
1. No es conveniente mezclarlas entre sí.
2. Por favor, cocinalas vos, y recordá que, previo a la cocción en abundante agua, es importante remojarlas por lo menos 1 noche.
Ingredientes:
2 tazas de legumbre cocidas
2 huevos
1/4 taza de algarroba o cacao amargo
1/2 taza de azúcar mascabo o el endulzante que uses
Pizca de sal
Gotitas de extracto de vainilla
1/4 taza de mantequilla de maní
4 barritas de chocolate cobertura semiamargo derretido o troceado pequeño
1 cucharadita de polvo de hornear
Procedimiento:
Licuá todo, también podés mixear, hasta lograr una textura suave.
Verté en un molde de, aproximadamente, 20 x 20 cm aceitado y espolvoreado con coco rallado.
Llevá a horno moderado durante unos 30-40 minutos, aproximadamente.
Y ¡listo!
Dejá que baje la temperatura antes de desmoldar.
Tips:
- Podés incorporarle nueces picadas o maní.
- Cuando utilicemos chocolate prestemos atención a los ingredientes, debe ser chocolate cobertura, no baño de repostería, ya que este último tiene grasas hidrogenadas.
- Amiguémonos con la lectura de los ingredientes de los paquetes, y si elegimos comprar suelto, consultemos al vendedor.
Sigo insistiendo con esto acá desde la primera nota que realicé, y en mi vida, casi que desde siempre, y seguiré insistiendo hasta que cada vez seamos más conscientes de lo que consumimos diariamente.
Simplemente para tener soberanía sobre nuestra alimentación. Lejos de mí está crear castigos, ni malos sentimientos al comer algo que no está dentro del estándar de lo saludable. Si sabés lo que comés y lo hacés disfrutándolo, compartiendo, agradeciendo y te genera algún sentimiento amoroso, bienvenido sea ese alimento.
Te invito a cocinar, disfrutar, crear, divertirte, conectar, compartir, sentir, agradecer y, sobre todo... ¡comer rico!
Vero Zieres - Cocina Sentida
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