#Mujer

Las redes sociales y el #DíaDeLaMujer. Una fecha en donde los sentidos se esparcen. Un espacio donde los mensajes se articulan en la polarización discursiva y la agenda pública. Pasamos de las promos, regalos y saludos al #NiUnaMenos y el #8M.

Por: Aimé Vera

El día de la mujer en las redes

Las redes sociales son parte de nuestra vida cotidiana y se han convertido en un medio con llegada directa a miles de personas. También son un escenario de debate y un espacio donde se visibilizan los reclamos de diversos sectores de la sociedad, entre ellos, los de las mujeres.

Sin dudas, han modificado la frecuencia y la forma en que las personas nos comunicamos. También han cambiado las formas de participación ciudadana. Por las redes sociales, circulan diariamente millones de mensajes. Los flujos de información no se detienen. Aunque a veces, paradójicamente, es difícil detenerse en algo. Porque se trata de un medio pensado para el procesamiento fugaz de la información, que busca atraer constantemente con la novedad. En este medio, lo que no cambia o se transforma frecuentemente, está destinado a perecer. Por eso, a veces cuesta tanto frenar y observar más allá de los 15 segundos de una historia de Instagram.

Sin embargo, las redes sociales también son escenarios que visibilizan reclamos y luchas. Sin dudas, son espacios en donde las demandas se politizan. Tienen un gran poder para viralizar sucesos y propagar sentidos.

Se acerca el día de la mujer, y en el contexto histórico y social en que vivimos, es casi imposible no abordar esta fecha en redes sociales. Y eso implica necesariamente tomar una postura.

A esta altura, el día de la mujer dejó de ser sinónimo de mensajes de “feliz día” acompañados por flores. Una rápida búsqueda en Instagram del hashtag #DiaDeLaMujer, arroja resultados de los más variados. Chocolates, flores, regalos, un sinfín de promociones, descuentos y sorteos. Y allí mismo, si nos damos el tiempo a mirar, también aparecen otros mensajes que no festejan nada. Mensajes que piden a gritos, que esto cambie.

Desde el marketing, resulta una fecha clave para quienes venden productos y servicios a mujeres (somos el público ideal para muchos negocios). Pareciera que en este mes estamos más dispuestas a comprar de todo. Sí, puede ser que nos guste algún beneficio o descuento increíble, pero como marcas que comunican, ustedes deben tener muy en claro a qué mujeres les hablan. En especial en esta fecha. Ya no nos pueden hablar como antes.

Los hashtags que dicen basta

Hace varios años, que las reacciones de las mujeres contra la violencia machista instalaron consignas que traspasaron la virtualidad de las redes sociales y las fronteras. Como los #NiUnaMenos, #VivasNosQueremos, #SeVaACaer #YoSiTeCreo, #Metoo y #AbortoLegalYa, #MeCuidanMisAmigas, entre otras consignas. Todos ellos reflejan la dinámica de una lucha que cambia, se reconfigura y reposiciona constantemente.

Son el repudio convertido en hashtag de todos los tipos de violencia. Son la voz que se alza contra cada uno de los femicidios que se cometen cada 30 horas en nuestro país. Pero también contra la violencia cotidiana. Es el rechazo a los estereotipos de género, a los mandatos sociales, a que decidan sobre nuestros cuerpos, a la disparidad salarial y a la cultura de la violación y el acoso.

El #8M no es una fecha más. No puede serlo. Tampoco es ya la convocatoria al paro Internacional de Mujeres, porque el contexto pandemia no lo permite. Es una fecha para pensar. Y no solamente pensar cuidadosamente qué hashtag utilizar. Ahí también hay disputa por el sentido, pero esas disputas aparecen a cada paso.

Las redes como territorio

Además de expresarnos en las redes sociales, por supuesto hay mucho que podemos hacer. Interiorizarnos sobre lo que sucede en nuestra ciudad, cómo podemos ayudar a otras mujeres y hablar. No dejar de hablar. Que algo nos haga ruido, tener que cambiar una palabra o decirle a otro que la cambie, porque sentimos que no es la adecuada, ya es un montón. Pensar en los mensajes que damos desde las instituciones, las empresas y a nuestro círculo más cercano.

Tengamos en cuenta que las mujeres hemos sido personas de segunda por siglos para un sistema patriarcal, y que estas estructuras ya no pueden ser indiferentes a nadie.

Las redes desparraman sentidos. Se transforman en convocatorias, consignas, se retroalimentan. Los mensajes se convierten en carteles y en pintadas. Se transforman en murales, ilustraciones y obras de arte. Las redes son también territorios donde las mujeres se encuentran. Llenos de disputas, de diversidad, de posturas opuestas pero también de sororidad. Son un espacio donde se tejen identidades y donde nos conectamos una con otras, con otros y con otrxs.

Quien quiera oír que oiga. Quien nos interpele que esté a la altura.


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