Mi vidriera vende

El diseño de la vidriera representa un desafío continuo. Existe para ser vista y admirada con un objetivo principal: atraer público al interior del local.

Cada día es más evidente en todos los medios, el esfuerzo creativo de profesionales y aficionados que intentan captar la atención de quienes observan las fotos, las gráficas, los exhibidores.

Pareciera que ya no hay nada que inventar, sin embargo, seguimos sorprendiéndonos con sus creaciones.

Para la mayoría de los comercios minoristas, dedicar un presupuesto elevado al armado de la vidriera no es una posibilidad, pero en el comienzo de cada temporada o épocas festivas, la imaginación toma vuelo para tratar de distinguirse del resto y marcar la diferencia.

La vidriera es la primera experiencia como cliente que brinda tu negocio a quien pasa caminando,  por eso es necesario tener en cuenta algunos conceptos para que resulte exitosa.



Cuando estamos frente al vacío del escaparate en cuestión, podemos hacernos algunas preguntas para ir encaminando la tarea. Es indispensable que conozcamos el público al cual nos dirigimos para presentar una vidriera acorde que genere el deseo de adquirir esos artículos.

Dependiendo del rubro con el cual trabajamos, podríamos desear que una persona se sienta… ¿Seducida por lo que ve? ¿Confiada? ¿Identificada con los objetos o la escena? De cualquier manera, es necesario crear una conexión que evoque en la persona una emoción, un deseo, el recuerdo de un acontecimiento feliz, por ejemplo. Pensemos sino en vidrieras con logradas escenas navideñas que convocan a todo público recreándoles su niñez.

Las fiestas están próximas, por lo tanto, hay que aprovechar la oportunidad para destacarse.

Pasando a cuestiones prácticas, lo ideal sería partir de un boceto o dibujo, y diagramar lo esencial en cuanto a formas, volumen y ubicación de la decoración, a la vez que vamos pensando en el presupuesto disponible.

Podemos optar por alguna de estas situaciones:

Contar un relato simple, con una correcta interacción de maniquíes si es una tienda de indumentaria.

Una acción determinada de alguno de ellos sobre un objeto o grupo de objetos.

Cuando los maniquíes no están presentes, necesitamos crear volúmenes de distinto tamaño con algún tipo de soporte (cubos, plataformas, percheros, sillas, etc), que eleve nuestros productos del nivel del suelo, teniendo especial cuidado en realizar una composición armónica y equilibrada, es decir, que al mirarla no cree confusión, o desvíe totalmente la atención hacia un lugar, desperdiciando el resto de la vitrina. Variar las alturas, permite que la vista siga un recorrido con interés, que normalmente se mueve de arriba hacia abajo y de derecha a izquierda.

Una excelente manera de decidir dónde ubicar los elementos que queremos destacar, es parándonos frente a la vidriera y determinando una zona frente a la vista, a 1.50 m de altura y con un diámetro de unos 0,90 m aproximadamente. Es el lugar al que queremos dirigir la mirada del transeúnte.

Si bien es la zona más obvia, puede elegirse otra zona, dentro de esa franja de altura.



Ubiquemos allí nuestros productos estrella, en tal  posición o rodeados de una decoración navideña que produzca alguna sensación, algún impacto. Los demás objetos decorativos, deben acompañar sin destacar, para no desviar la atención .

La posibilidad de colgar objetos desde el techo de la vidriera es también una opción cuando la superficie de apoyo de la tarima o los exhibidores resulta insuficiente.

Si están ubicados en planos a un mismo nivel, adelantar algunos artículos y alejar otros, nos ayuda a crear profundidad y a distinguir los elementos que podrán estar agrupados por color, o por tipo de artículo, por ejemplo.

Hay interesantes soluciones con las figuras adhesivas de todo tipo que aluden a la época festiva. Podemos colocarlas a modo de guarda, alrededor del vidrio, creando un efecto de postal navideña. En cuanto a los ploteados personalizados, podemos elegir prácticamente cualquier forma que queramos en una variedad de colores interminable.

Los brillos de todo tipo (lamas , en goma eva, en papel vinílico adhesivo, cadenas, etc.), así como las superficies espejadas, en conjunto con arreglos luminosos son idóneos en estas fechas. Eso sí, que el conjunto sea suficiente para no provocar un efecto negativo.

Cuando creamos un piso, laterales, o un fondo a modo de telón, tengamos en cuenta los colores. En la misma medida la decoración - ya sea monocromática o con paleta de color definida -  que esté en armonía con los artículos exhibidos para la venta, es fundamental.

Figuras de gran tamaño referentes a la Navidad,  resueltas con cartón o cartulina pueden ser suficientes para crear un escenario que nos detenga a mirar.

Elementos móviles (electrónicos o no) son siempre un foco de atención.

Revisemos los objetos cotidianos que tenemos al alcance y cómo podemos transformarlos, a partir de sumarle materiales o colores, para que sean útiles a nuestro propósito.

Permitámonos en estas fechas crear magia, emoción, cercanía, inventando escenarios de cuento;  propuestas más arriesgadas que se distingan desde lejos, tentadoras vidrieras que nos recuerden, desde todos los ángulos, que estamos de fiesta.

Ana CernelliTécnica en Diseño y Decoración de interiores
anacernelli@gmail.com
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