Cuando eligieron el nombre optaron por uno que quiere decir “Piedra que Late”. Aquí las piedras son parte de nuestra vida. El paisaje nos rodea y nos abriga.
Cuando eligieron el nombre optaron por uno que quiere decir “Piedra que Late”.
Aquí las piedras son parte de nuestra vida.
Mientras vas caminando por las calles y alzás la mirada encontrás una sierra y peñascos. El paisaje nos rodea y nos abriga.
Verde profundo en los parques y jardines, verde en las praderas, campos fértiles, peñascos cubiertos de líquenes, milenarios secretos en cada rincón.
Así es Tandil.
Nos visitan desde distantes latitudes y también desde los pueblos vecinos. Todos vuelven una y otra vez.
Hay que elegir un sendero y empezar a caminar y descubrir. Hay senderos simples y complejos pero todos, absolutamente todos, son maravillosos.
Lo mejor es buscar esos lugares poco concurridos y perderse, dejarse llevar por lo que te indique la naturaleza que, como es sabia, te acercará a ese lugar que quizás vos no sabías que estabas buscando.
La piedra viva está por debajo de nuestros pies y también sobrepasa la superficie con formas increíblemente bellas. Los geólogos nos cuentan que son las más antiguas del mundo junto con las sierras hoy heridas por la minería.
La historia de la Humanidad está en cada espacio del planeta pero en Tandil vibra con las piedras que laten.
Gentileza Graciela Gargiulo. De su libro "Viajera"
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