Creo que a todos los que corremos nos pasa que nos debatimos entre las ganas y la cordura cuando estamos frente al monitor decidiendo la distancia de la carrera que queremos hacer. Un lindo momento, hacer click y estar inscripto, ahí se empieza a palpitar la carrera.
Ultramaratón de montaña, 9 de noviembre de 2013
Una fecha de carrera significativa para mí, mi cumpleaños 46, y una muy linda manera de celebrarlo haciendo lo que me gusta. Un año cargado de vivencias, donde dejé de entrenar para hacer un viaje de 3 meses por Europa, una larga caminata para atravesar España por el Camino Francés hacia Santiago de Compostela, completando 1000km caminados desde Saint Jean Pie de Port (Francia) hasta Fisterra y Muxia (en la costa Atlántica española).
Este desafío me puso en la disyuntiva porque aparecían varias distancias para elegir. El primer impulso fue inscribirme en los 80k, distancia máxima de la prueba. La segunda mirada fue la de la razón que me decía que debía correr solo 21k ya que no estaba en condiciones para más ya que llegué gastado del Camino de Santiago. Finalmente en esa lucha entre locura y razón, felizmente el equilibrio hizo que al hacer click con el mouse en la web de la North Face, eligiera los 50k. Creo que a todos los que corremos nos pasa que nos debatimos entre las ganas y la cordura cuando estamos frente al monitor decidiendo la distancia de la carrera que queremos hacer. Un lindo momento, hacer click y estar inscripto, ahí se empieza a palpitar la carrera. Los entrenamientos ya tienen un objetivo y eso da las fuerzas para salir todos los días aunque llueva o truene.
Daniel Gomez, un gran amigo con quien hemos compartido muchas horas de trote y carreras también decidió correr la misma distancia. Así fue como entrenamos juntos, durante dos meses, y me reencontré con todos los chicos del JP Outdoor, y con Julian Peralta con quienes entrené muchos años.
Viajamos desde Tandil en auto con Marcelo Palahi, mi amigo, hermano y socio de Kumbre y Pablo Jalaber, ellos participaron en los 10k. Bariloche nos recibió con lluvia y desde la ventana del apart en la base del Co. Catedral, donde nos alojamos desde el jueves previo a la carrera, pudimos ver como la nieve iba cubriendo lentamente las laderas altas de las montañas. La reserva del lugar la hicieron los chicos de IQ Runnig, con quienes estuvimos todo el finde. Rodrígo Ceballos, me hizo un tapping para proteger el tobillo izquierdo que viene complicado de un esguince, además de reprocharme por no rehabilitar como “dios manda” o “él manda” (que a su entender sería lo mismo). El “Kine” de General Roca siempre está a full en la previa de las carreras haciendo “milagros” para los que llegamos un poco rotos. Entre los que pasaron por su dpto.-consultorio estuvo Gustavo Reyes.
Como siempre, al encontrarnos con otros atletas que iban llegando, surgían los comentarios: “cambiaron el recorrido”, “va a ser durísima”, “habrá que llevar mucho abrigo”, “lo difícil es…”. Los rumores previos a la largada se multiplicaban con el mal tiempo. La organización del Club de Corredores subió a la web una carta 2 donde se daban las noticias de último momento.
La acreditación en el propio Catedral fue muy linda, con alguna demora inevitable por la gran cantidad de gente, pero con ese sabor a encuentro con amigos runners que llegan con el mismo fin. Buen nivel competitivo y una disputa durísima en la punta, cosa que no ví como se imaginarán, pero que fue el comentario en la llegada. Así que les cuento lo que me contaron:Miguel Angel Heras de España, finaliza su carrera con un tiempo de 7:31 obteniendo el primer lugar. Segundo quedó nuestro amigo Gustavo Reyes (7:42) quien se está recuperando de su lesión y completa el podio, desde Perú Manuelito Figueroa realizando la carrera en 8:01, y a penas 00:01:30 detrás Timothy Olsen que realizó una gran remontada en el tramo final. Daniel Simbrón (Fila RT), que va fuerte en la montaña y en calle, también anduvo adelante hasta que tuvo algún problema con las marcas y terminó haciendo unos cuantos km de más.
La vivencia de los 50k:
Se suponía que largaríamos en tres mangas los 50k, pero finalmente todos juntos a las 8hs largamos con cielo gris. Tal cual nos lo habíamos prometido, y como una manera de auto-convencernos de respetar la consigna, salimos muy, muy tranquilos. El objetivo era llegar, terminar los casi 52km sin lesionarnos. Atrás y sin expectativas de buscar una posición, disfrutamos plenamente del paisaje.
Largamos desde la base del Catedral hacia arriba, hasta llegar al nivel de llegada de las aerosillas. Luego un sendero serpenteante de montaña con mucho verde, arroyos y curiosamente poco barro, comparado a lo que veníamos imaginando dado el clima de los días previos. La vista del Lago Gutierrez desde lo alto es imponente y es muy importante seguir atento el sendero para no pegarse un golpe. El sendero, perfectamente marcado con cintas de diferentes colores según la distancia de la carrera, comienza un descenso hacia el lago, muy divertido, entretenido, sobre todo porque a esa altura de la competencia las piernas aún están intactas.
Varios puestos de hidratación, el primero con agua y Gatorade y todos los demás con comida para todos los gustos (y necesidades) estaban perfectamente distribuidos como para no tener que cargar demasiado en la mochila. Sin embargo, nosotros (Daniel y yo), salimos con un litro de agua en el camel, dos sándwich de crudo y queso, galletitas, cosas que nos vinieron muy bien. Es fundamental, además de hidratarse, comer, para poder sostener más de 6hs y media de carrera.
Pasamos por un barrio cerrado y un campo de golf, subimos (durisimoooo) al Co Otto, donde Dani recordaba haber pasado alguna vez corriendo las antiguas Nike Bariloche. Senderos de ascenso duro, obviamente caminando pero sin pausa, un pequeño tramo completamente off road, sin sendero, solo las cintas entre la vegetación, para luego bajar rápido, muy técnico, empinado, con tierra suelta y curva y contracurva donde nos sentimos en nuestra salsa (ventaja que nos da el entrenamiento en las sierras de Tandil).
Después del último puesto de hidratación, allá por el km41, Dani empezó a sentir un poquito la carrera, pero seguimos juntos, como nos lo habíamos prometido, disfrutando incluso hasta el esfuerzo y volando con la imaginación entre el hermoso paisaje y las charlas de futuras carreras en equipo como el Cruce de los Andes. Justamente, los casi 52km fueron una buena prueba para saber que estamos en condiciones de encarar un desafío como El Cruce. Fueron unos 1800 metros de ascenso, una carrera dura, linda, divertida y por supuesto muy bien organizada.
En los 50k que participamos, el podio quedó para Rafael Hidalgo, Gonzalo Ruiz y Pablo Ureta. Muy cerca en 4ta posición llegó nuestro amigo tandilense Sebastián Tosti quien lamentablemente a minutos de finalizada la premiación tuvo un accidente automovilístico y se está recuperando. Gran carrera también para Marcelino Lezcano de IQ Running de General Roca en 7ma posición y para el Profe Marcelo Perotti que entró 9mo en la general de 50k con un tiempo de 5hs 19´.
El sol se fue abriendo paso durante el transcurso de la carrera y finalmente se apoderó de la tarde. El Co. Catedral brilló en todo su esplendor y los tramos finales chapoteando en un arroyo helado que también nos sirvió para hidratarnos dejaron un recuerdo imborrable. La calidez del clima y la de los amigos que nos abrazaron en la llegada hicieron que nuestras piernas casi olvidaran por completo el esfuerzo de los 3600 metros de desnivel acumulado en la prueba. Me emocioné en el arco de llegada con el abrazo y el “feliz cumple” que me dieron Gustavo Reyes (atleta North Face), Mauri Paglicci de Trail Running Argentina y Sebastián Tagle organizador de la carrera.
La premiación dejó aplausos para los más rápidos entre las cumbres nevadas del Catedral. Pero todos los que estuvimos allí nos llevamos un gran recuerdo, de una carrera impecable en todo sentido. Nosotros, Dani y yo, una vivencia más compartida entre amigos y en las horas de carrera los proyectos de muchas, muchas más por vivir.
Gentileza Carlos Centineo
kumbretandil@hotmail.com
Comentarios