El Méd. Vet. Andrés Cornejo, Director Técnico del Centro Rauch de Inseminación Artificial, brinda su reflexión
Estas reflexiones están dirigidas a los criadores.[img]
En las exposiciones, lo importante es presentar animales alimentados al máximo para que muestren sus potenciales atributos. Esto llevó a los cabañeros a realizar combinaciones genéticas de todo tipo para generar animales estéticamente destacados pero muchas veces de producción inconsistente e impredecible.
Sin embargo, no estoy en contra de las exposiciones. De hecho, participo en ellas.
Mi preocupación pasa por la debilidad que a veces aportan a los sistemas ganaderos reales. Para lograr una óptima producción, el criador debe ajustar sus animales al ambiente, y producir vacas que se adapten al entorno. Es obvio que un sistema que promueve la alimentación artificial y la promoción de los animales más destacados al recibirla, debe ser discutido.
No es válida la simplificación de que sólo porque sale campeón, sirve para mejorar.
Si no, cada vez serán más los ganaderos que se vean obligados a cambiar su entorno por medio de la alimentación y comprar comida para mantener sus vacas, deteriorando la economía de sus empresas.
La sobrealimentación a la que llevan las exposiciones a menudo deja individuos inhabilitados de por vida a su función primordial: reproducirse.
En caso de que ésta no interfiera reproductivamente, es frecuente que animales de genética inconsistente, no capacitados para reproducir su ideal fenotipo, sean consagrados. La gran heterosis necesaria para sobresalir en estos concursos, nos puede jugar una mala pasada ("Usé al campeón y no me dió nada").
Quiero reflexionar aquí acerca de cuál podría ser una buena estrategia para los criadores.
Mas allá de dónde se ponga el foco, sería importante ver y analizar algunos sistemas exitosos, tales como son el linebreeding (pédigree en línea) y la eficacia que tiene el uso de individuos genéticamente prepotentes.
Importantes genetistas y criadores a nivel mundial coinciden en que los mejores resultados para la difusión de genética se obtienen mediante el uso de animales linebreeding o con ancestros emparentados entre sí. Estos individuos son más predecibles, prepotentes y, por lo tanto, más valiosos.
Proponen algún grado de homocigosis para optimizar el traspaso de atributos. Al mismo tiempo, sostienen que para el engorde terminal de animales, lo ideal es aprovechar la energía extra que aporta el outcross (uso de líneas distantes) o directamente el cruzamiento interracial, dando así máximo vigor a los animales mediante la heterosis.
Los criadores debemos mirar a la genética como una herramienta donde el fenotipo a buscar obviamente es fundamental, pero debe estar siempre acompañado de un criterio acerca de cuál es el tamaño óptimo tanto para los que crían como los que engordan, y aplicar el mismo sentido común en lo que hace al mínimo conocimiento acerca de cuáles son las corrientes de sangre productivas y aquellas que no lo son.
Debemos prestar atención a los pedigrees y combinaciones de sangre, no todos funcionan.
Cuando se habla de linebreeding, esto no es consanguinidad a secas. Se trata de programas de trabajo diseñados para aumentar la relación de líneas genéticas orientadas a mejorar a un individuo. De hecho, así se hicieron las principales razas.
Es absolutamente comprobable que el animal linebreeding bien diseñado es una herramienta efectiva para mejorar y fijar características positivas en un rodeo. Su potencia genética se expresa cabalmente cuando entregan sus genes concentrados al nuevo ganado sobre el que trabajan. Ahí se notan las diferencias.
Haciendo un parangón deportivo, estamos comparando dos tipos de corredores: los confiables "stayers" (fondistas) con los "velocistas".
Pensamos que, con los primeros, podremos aspirar al logro de resultados a largo plazo. En definitiva, de eso se trata el mejoramiento genético.
Si no estamos seguros o dudamos sobre estos conceptos, deberíamos preguntar a los especialistas. La falta de conocimiento y la extrema simplificación son los peores enemigos de la verdadera genética.
El trabajo que deben realizar las vacas de cría es el mismo desde siempre, pero nosotros insistimos en cambiarlas todo el tiempo, buscando -sin encontrarla- a la elusiva vaca ideal.
Al final, siempre termina importando lo más substancial en un rodeo de cría: que los animales tengan fertilidad, habilidad materna, facilidad de engorde, moderado tamaño, capacidad de adaptación, corrección estructural, mansedumbre y longevidad.
Estas son algunas de las cualidades que facilitan la mayor producción de la vaca y además reducen el estrés humano. Al final, más que una simple conveniencia, son absolutamente esenciales.
[img2]En mi opinión, y como conclusión, debemos ser más cuidadosos en la selección de nuestra genética.
Ganaremos mucho si nos decidimos por animales de genética sólida y consistente, que puedan aportar su valorada repetibilidad a los rodeos contribuyendo con resultados a largo plazo.
En genética, la prepotencia no es un defecto como lo sería en las relaciones humanas.
Muy por el contrario, es la gran virtud.
M.V. Andrés Cornejo - Director Técnico - Propietario de Ecogenética
CENTRO RAUCH DE INSEMINACIÓN ARTIFICIAL
ncornejo@ecogenética.com.ar
Comentarios