Fabio Knell, Presidente de la Asociación de Aplicadores de Productos Fitosanitarios de Tandil, explicó los alcances de la medida, respecto de la utilización de la Libreta Sanitaria para el Operario y Aplicador de Fitosanitarios en todo el distrito, de acuerdo a los dispuesto por la Ordenanza Municipal 17.404.
En diálogo con la 89.1, Knell recordó que “hace casi tres años se inició todo un proceso de discusión de lo que era la normativa local en materia de aplicación de fitosanitarios, medida cautelar de un juez por medio. Se inició toda una discusión y un replanteo de cómo mejorar el sistema y qué herramientas podríamos llegar a generar también, para tener un mejor seguimiento y generar un dato estadístico de la evolución de la salud de quienes operamos y quienes manipulamos productos fitosanitarios”.
En ese marco, la Asociación de Aplicadores elevó esa inquietud al Sistema Integrado de Salud municipal, y se comenzó un trabajo de investigación y desarrollo, que se plasmó en un proyecto de ordenanza que fue aprobado por el Concejo Deliberante.
Allí, se estableció la obligatoriedad de la implementación de una libreta sanitaria, que recientemente se activó en el sistema de salud, que ha comenzado a convocar a los aplicadores registrados para los muestreos correspondientes y empezar a generar información y obtener una descripción inicial de cómo es la salud de quienes trabajan en el sistema.
“Hay un estudio realizado por gente de INTA, que participó activamente en todo este proyecto, al igual que el Círculo de Ingenieros Agrónomos de Tandil, el Colegio de Ingenieros Agrónomos de la provincia, y las empresas aplicadoras”, destacó Knell, quien advirtió que la ordenanza y la ley provincial vigente, “establecen la obligatoriedad de un registro de empresas y de aplicadores. Ese registro está a disposición de salud, y a partir de ese registro, se van dando turnos y van convocando para hacer los muestreos iniciales con una serie de estudios”.
El aplicador adujo que en el sector “hay conciencia de que los procesos por ahí son lentos, que un producto puede, con el correr del tiempo, lo mismo que lo podemos comparar con el tabaquismo, porque una consecuencia de haber fumado toda la vida no se manifiesta en forma inmediata. Desde muchos lugares se habla del efecto nocivo de los productos, de todo lo que implica la cercanía con los fitosanitarios, pero se conoce muy poco y no hay un dato estadístico. Con este proyecto, con esto que se ha aprobado en Tandil, con lo que se ha discutido, hoy Tandil está haciendo punta en esto con la generación de un dato estadístico real, a parte de estos muestreos y de esta libreta sanitaria. Para nosotros es un logro muy importante” y destacó que prácticamente no hay precedentes de iniciativas similares.
“Nos propusimos como objetivo, por un lado, la profesionalización de los operarios que ejercen la actividad y, por otro lado, desmitificar lo que es la actividad de la aplicación de fitosanitarios. Es una actividad con un riesgo, manejamos productos que a veces son delicados, para eso el Senasa da una calificación en materia de toxicidad de cada uno de los productos, con una línea de colores. Y nosotros que operamos estos productos, tenemos que estar perfectamente capacitados para saber de qué se trata cada uno de ellos y manipularlos con la mayor responsabilidad y el mayor de los cuidados para no generar un daño colateral a las aplicaciones. Ese es uno de los objetivos. Y el otro, es que tenemos que dar a conocer esto a la sociedad, tenemos que someternos a los controles y a nuestro propio cuidado. Somos los más interesados en la correcta manipulación y en el cuidado de nuestra salud”, sostuvo el profesional.
Y finalmente, reflexionó que “cuando se habla o se califica a la actividad con mucho desprecio, a veces, desde algún sector, bueno, nos interesa ahora dar a conocer la forma en que estamos trabajando, las herramientas con las que estamos trabajando y los cuidados con los que estamos trabajando”.
Comentarios