La figura del agente inmobiliario es cada vez más demandada por los corredores que buscan ampliar el horizonte de sus negocios y la tendencia actual indica que es el principal factor de crecimiento de las inmobiliarias.
Actor fundamental para el crecimiento de las inmobiliarias, el agente es un factor clave para los corredores que buscan expandir sus negocios. Ideal para personas proactivas, la actividad del agente inmobiliario ofrece independencia y libertad a aquellos que buscan desarrollar sus proyectos personales.
La razones de este "boom" se puede explicar de varias maneras, pero los motivos más relevantes tienen que ver con la transformación cultural que está viviendo el sector inmobiliario.
La figura del agente inmobiliario apareció en nuestro país hace unos veinte años con el desembarco de RE/MAX, empresa pionera en ofrecer servicios inmobiliarios complementarios a corredores y emprendedores.
RE/MAX abrió el camino para la llegada, algunos años más tarde, de otras empresas como Century 21, Coldwell Banker y Keymex que también operan bajo el popular formato de la franquicia.
Hasta ese momento, las inmobiliarias contaban con la ayuda de colaboradores llamados dateros, asesores o vendedores, cuya función principal, lo mismo que los agentes, consiste en acercar clientes, contactos y negocios.
Sin embargo, en la actualidad, numerosas inmobiliarias de las llamadas tradicionales se subieron a la tendencia y también contratan agentes inmobiliarios para ampliar su red de operaciones, entre ellas Lepore, Soldati, Toribio Achával y Roilands, entre las más destacadas.
La llegada del agente inmobiliario al mercado local reconfiguró la antigua figura del “vendedor”, por lo general, un empleado en relación de dependencia que cobraba un sueldo mínimo y que no tenía posibilidades de crecimiento.
En cambio, el agente inmobiliario irrumpe con otro perfil: son personas dinámicas y proactivas que quieren crecer económicamente y desarrollar su marca personal. No trabajan en relación de dependencia y, por el contrario, prefieren la independencia y la libertad que les brinda su actividad para poder desarrollar su propósito personal.
Entre sus principales atributos o cualidades, el agente inmobiliario se caracteriza por su capacidad comunicacional y organizativa y su predisposición para trabajar en equipo, pero fundamentalmente, se distingue por ser el portador de una alta motivación para cumplir sus objetivos.
También, el agente inmobiliario debe conocer el mercado inmobiliario y tener capacidades de negociación. No obstante, si una persona sin experiencia quisiera desarrollarse en el sector de bienes raíces muchas inmobiliarias cuentan con programas de formación y capacitación para entrenar y consolidar esas aptitudes.
En nuestro país, la figura del agente inmobiliario está regulada en el Código Civil y Comercial de la Nación. En el Artículo Nº 1479 (Capítulo 17, Título IV, Libro Tercero) se establece que: “Hay contrato de Agencia cuando una parte, denominada agente, se obliga a promover negocios por cuenta de otra denominada preponente o empresario de manera estable, continuada e independiente sin que medie relación laboral alguna, mediante una retribución. El agente es un intermediario independiente, no asume el riesgo de las operaciones ni representa al preponente. El contrato debe instrumentarse por escrito”.
Este amparo legal es clave para comprender el impacto altamente positivo que tiene en el sector la labor del agente inmobiliario y por qué cada vez más inmobiliarias buscan contratarlos.
Fuente: https://elmarplatense.com
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