Con veinticuatro años en la Nueva Clínica Chacabuco, la contadora Carolina Lunghi quedó al mando de la administración de la Institución. Desafíos, proyectos y sueños por cumplir en el nuevo proceso que articulará tanto para la Clínica como para Sociedad Italiana, la mutual que con 144 años de historia inicia una nueva etapa con el objetivo de convertirse en la obra social más moderna de la ciudad.
- Suponemos que el apellido pesa fuerte para usted en este nuevo ciclo.
- Claro, hoy más que nunca. Hay dos cuestiones importantes que tuve en cuenta al momento de aceptar la administración de la Clínica: estar a la altura de mi padre, que en 1998 en momentos cruciales inició el salvataje de la Institución, con un grupo de gente muy fiel que lo acompañó, pero también el estar en un lugar de más hondura familiar, porque fue mi abuelo que a mediados del siglo pasado condujo la Clínica con su cargo de gerente, con mucha pasión, mucha mística y total dedicación al cargo.
- Digamos que le quedó la vara altísima entre su abuelo y su padre.
- Muy alta. Y tomo el desafío con mucha responsabilidad y enorme emoción. Quiero estar a la altura de las circunstancias y esperar que tanto mi padre como mi abuelo puedan sentirse orgullosos de lo que pueda hacer aquí, en esta nueva etapa.
- No le pasará por alto que la marca Lunghi, por decirlo así, tiene la impronta del hacer…
- No, claro que no, y es también lo que me apasiona. Eso lo traigo en los genes. Y desde que tomé el cargo he puesto el foco en el hacer, mirando muy finamente cada detalle de la Clínica, el hacer desde lo cotidiano, con nuestros trabajadores, y el hacer a través de las obras que tenemos en agenda, algunas ya empezadas, que son necesarias y que apuntan a fortalecer el prestigio de la Clínica, el confort hospitalario para los pacientes y estar en sintonía con las nuevas tecnologías de la medicina actual. También apunto mucho al trabajo en equipo. Mi padre suele decir que una persona sola no hace nada y creo lo mismo: somos un equipo trabajando con una conducción que tiene una hoja de ruta por cumplir.
- ¿Cuáles son los ejes para este momento de su gestión?
- Son claros y son tres. Uno es la obra social. Quiero darle un vuelco, reinsertarla en la sociedad con otra óptica, con otra mirada. Que el afiliado se sienta realmente respaldado. Lo está actualmente, pero a lo que apunto es a reforzar esa certidumbre de protección, de cercanía, de que ante cualquier problema la Sociedad Italia está con él y para servirlo tanto en la obra social como con la Clínica, para toda su atención. Es el primer objetivo. El otro eje es continuar en la Clínica con las mejoras edilicias y, fundamentalmente, con todo lo que es adquisición de instrumental y equipamiento. La pandemia y la economía del país frenaron el desarrollo y ahora hay que tomar un nuevo impulso, que es un cambio y una inversión muy grande, sobre todo por la situación económica que está atravesando el país. Pero ya arrancamos con esta inversión, que son cosas que no se ven, pero que resultan fundamentales para nuestros profesionales y para los pacientes. Y son muy costosas. El tercer eje es la mejora edilicia de los Consultorios Integrados de calle Maipú. Allí nos hemos puesto como objetivo sumar a la plantilla más médicos y más especialidades. Tandil ha crecido mucho y hemos tenido la suerte que se han radicado médicos de otras ciudades, así que estamos en ese proceso de sumar nuevos profesionales a través de una prestación en la parte ambulatoria. Con la obra social sana y muy versátil en sus planes para la necesidad de cada tandilense, como realmente tenemos, con los médicos en los Consultorios Integrados y las nuevas especialidades, y contando con una Clínica moderna y en crecimiento, diría que cumpliendo esa hoja de ruta en un principio estaría satisfecha. Tenemos un gran trabajo por delante.
- ¿Cuál va a ser el primer anuncio de una obra de su gestión?
- Lo que ya es inminente: el lanzamiento de la nueva Maternidad. Ya está el proyecto, ya está el momento en que va empezar la obra, y representará sin duda un paso muy grande en el confort de la mamá con su bebé, con cuartos individuales, cada uno con su baño privado y otras mejoras importantes que en su momento comunicaremos. También estamos trabajando en el quirófano, que va a ser puesto sencillamente a nuevo. Son pequeños grandes pasos que estamos dando cada día.
- Para terminar, hay una enseñanza de gestión que pasó de su abuelo a su padre. Cuando José Emilio Lunghi era gerente de la Clínica, cada mañana se tomaba un tiempo para recorrer la Institución, habitación por habitación, preguntándole a los pacientes cómo estaban, con lo cual de paso tenía un contacto muy fluido con el personal. Su padre tomó la posta replicando esa actitud…
- Sí, y me parece una forma de vinculación excelente con los pacientes y con todo el mundo de la Clínica. Yo rescato fuertemente el trabajo del personal, de todos y en especial de las enfermeras y las mucamas que ponen el cuerpo donde más hace falta. Hay que caminar la Clínica, hay que escuchar más y hablar poco, pero sobre todo hay que hacer. Para eso estamos y esa sería la vieja nueva impronta a la que aspiro continuar.
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