Como Presidente del Colegio de Psicólogos y Psicólogas de la provincia de Buenos Aires-Distrito VIII, el profesional celebró el llamado que está haciendo el SISP (Sistema Integrado de Salud Pública) de Tandil.
Por Lic. Ángel Orbea
Partiendo de reconocer las diversas crisis y vicisitudes por las que viene pasando la guardia médica y de Salud Mental del Municipio, la oferta para conformar un sistema de guardia de psicología y psiquiatría en el amplio espacio que tiene la asistencia y atención pública, no puede menos que alegrarnos como colectivo profesional.
Como psicólogo debo decir que no es frecuente un llamado desde la esfera pública, por cuanto la ausencia de guardia psicológica es una constante histórica en los espacios de Salud Pública y Mental, con lo cual se está dando un paso más para establecer una atención acorde con la Ley de Salud Mental, dando estabilidad también a los profesionales que integrarán esos equipos.
Si bien no están claras las condiciones ni los modos de evaluación, el llamado es un paso importantísimo si se considera que en Tandil y la región apenas hubo parches en la atención en guardia de Salud Mental.
Como psicoanalista, estimo que el trabajo de Salud Mental en la guardia general de un hospital se presenta como de supra urgencia, por cuanto los usuarios que asisten tienen en común que, estando de pie, al menos por un momento han salido del tiempo y la palabra está desbordada, no capta lo que significa, pues el miedo, el horror o el pánico se presentifican con todo tipo de fenómenos: una sobredosis, un delirio, pasando por el paroxismo, hasta el fenómeno elemental o la simple idea obsesiva que siempre supone la muerte de alguien.
Tales situaciones donde la palabra queda sesgada o desbordada predisponen al acto a las personas y es allí donde la urgencia se redobla ya que el pasaje al acto -el acting out- en ocasiones altera o rompe el llamado orden público.
Habrá que afinar el oído para este tiempo sin tiempo que es la urgencia subjetiva y que caracteriza a casi todas las demandas que, de cotidiano, se hacen a las instituciones de Salud Mental. Por lo tanto, los colegas deberán integrar dos elementos que no son pares ordenados: la evaluación y la decisión o juicio clínico, más una capacidad empática siempre condicionada por las urgencias.
Si para la medicina la muerte es el límite y para el psiquiatra, la psicosis, para los colegas en guardia no será la transferencia: serán las dos cosas a la vez. En esa situación no habrá manual ni instructivo que contenga. Solo la buena orientación decidida y esclarecida podrá llevar a buen puerto la breve intervención en guardia.
Que este llamado sirva para mejorar la asistencia en tiempo y forma, para dar estabilidad laboral a los colegas y para integrar de una mejor manera.
El SISP de nuestra ciudad y la ciudadanía que lo sostiene lo merecen.
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