Ya casi no encontramos negocios que no hayan probado vender por internet en algún momento. Y si bien cada uno tiene su estilo, hay ciertos patrones que se repiten con regularidad.
Por Benjamín Cabrera
Lic. en Administración con orientación en Marketing
Tengo Whatsapp
El primer paso para la gran mayoría ha sido incorporar un whatsapp personal, o exclusivo del negocio, para agilizar y mejorar el trato con sus clientes de toda la vida.
Además la herramienta “Estados” dentro de whatsapp les permite mostrar los productos a sus clientes de una forma relajada, estimulando la venta sin tener que presionar a un cliente con un mensaje directo.
Tener Whatsapp también les permite llegar a un nuevo público gracias a que los clientes más fieles suelen compartir el número con sus familiares, amigos y conocidos.
Pero whatsapp no es (por el momento) una herramienta pensada para encontrar más clientes. Por eso es que el siguiente paso suele ser crear un perfil en alguna red social. Las más utilizadas: Instagram y Facebook.
Estoy en Instagram y Facebook
Los negocios empiezan a seguir cuentas de distintas personas, conocidas o desconocidas para ellos. Rápidamente empiezan a ver como aumentan los seguidores sin tener que realizar un gran esfuerzo. Al mismo tiempo, comienzan a publicar fotos y videos de manera aleatoria, consiguiendo algunas interacciones como "me gusta", "comentarios" e incluuso "consultas por privado".
Esta intensidad y entusiasmo generalmente suele durar 1 o 2 meses.
Después, la cantidad o el tipo de consultas no son las esperadas y empiezan las dudas. Comienzan a faltar ideas sobre cómo seguir avanzando en el mundo digital.
O empieza a faltar tiempo. Porque el dueño, la dueña, o el empleado que se estaba encargando también tiene otras tareas que hacer. Y si el encargado era un familiar que estaba dando una mano para "mantener viva las redes", también llega al punto de no saber cómo continuar o no disponer del tiempo para hacerlo con mayor profundidad.
Quienes se aventuraron un poco más también crearon una página web. Pero con bastante similitud a lo que sufren en sus redes sociales, el canal termina desatendido. Consiguen resultados pero se empiezan a acumular consultas y pedidos no armados ni entregados, o el stock y los precios dejan de actualizarse y se generan inconvenientes.
Algunos dueños/as también perciben que sus publicaciones no tienen personalidad y sienten que las fotos que publican podrían ser las de cualquier otro negocio que vende esos mismos productos. Les cuesta crear una marca reconocible y aùn aquellos que conocen de programas y herramientas para editar una imagen o video, se dan cuenta que, naturalmente, les faltan conocimientos para sacar lo mejor de ellas.
El asunto es que los negocios quieren dar un salto más. Pero la calidad o la intensidad de las acciones que están realizando no se condicen con ese objetivo que tienen. La “maña”, la creatividad y las buenas intenciones tanto propias como de empleados y familiares han alcanzado su límite.
A tomar una decisión
Cuando se llega a este punto se pueden generar fuertes malestares e inconvenientes entre las personas que forman parte del negocio. Por eso lo más sano es tomar una decisión y dejar las cosas en claro.
Si sentimos que (medianamente) estamos consiguiendo resultados, podemos continuar así. Es bueno pensar que no siempre hay que ir a buscar más, sobre todo si analizamos el esfuerzo que eso conlleva. Ya es un logro generar ventas a través de un canal digital; solo hay que ser capaces de aceptar los vaivenes que esto genera para poder ir llevandolo de una forma más "amigable" para nuestro negocio.
Si queremos dar un salto más, y siempre manteniendo este supuesto de que no tenemos tiempo para analizar y llevar a cabo las acciones por nuestra cuenta, vamos a tener que contratar a un tercero que nos comience a asesorar y que nos permita delegar algunas de las acciones.
¿Cómo puedo hacer?
Acá es donde el asunto se vuelve un poco complicado porque surge esta cuestión de “¿Y a quién contrato?”.
Tarde o temprano “vender por internet” requiere formación y experiencia en administración y negocios, marketing, comunicación, diseño gráfico, fotografía, publicidad, programación y ventas.
Ante esta situación podemos ir analizando, buscando y seleccionando (si tenemos el tiempo) al profesional más indicado para los distintos momentos que voy atravesando con mi negocio.
Si la falta de tiempo es el motivador más grande por el cual estamos buscando delegar estas acciones podemos optar por una agencia de marketing digital. Una agencia de marketing digital reúne los distintos profesionales necesarios para cumplir con el objetivo de aumentar las ventas por internet.
Así, el dueño o la dueña del negocio explica su situación, determina el monto que va a poder invertir, y la agencia va organizando el destino de la inversión entre los distintos servicios necesarios; tal como lo haría un departamento de marketing interno de su negocio, si lo tuviera.
En palabras mas simples, una agencia puede permitir al negocio empezar a publicitar sus redes sociales, al mismo tiempo que analiza potenciales clientes y competidores, se diseña la identidad visual que representa la marca y se mejoran los contenidos publicados gracias a esta nueva información. Con una agencia puede fácilmente poner en marcha 4 profesiones distintas trabajando en conjunto y al mismo tiempo en su negocio.
Más allá de las formas, es importante seguir probando, haciendo, como se pueda. La venta digital ya es una realidad y es bueno que cualquier tipo de negocio empiece a probar y obtenga su propia experiencia sobre el tema. Entendiendo también que, cuando las cosas se compliquen y queramos seguir avanzando, ya tenemos profesionales en el mercado que nos pueden ayudar.
Si estás buscando recibir asesoría o delegar alguna acción digital para vender mas no dudes en consultarnos. Somos Agencia Jump 361
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