Uno de los comediantes más espectaculares de nuestro país llega este sábado al Sierra Comedy por tercera vez y nos contó sobre su vida para que lo conozcas mejor. ¡No te lo pierdas!
Por Florencia Lauga
Hablar con Juan Barraza es sencillo, porque él lo es. Lejos de las vueltas y de las ideas retorcidas, responde a mis preguntas con franqueza, alegría y determinación.
Lo primero que me viene a la mente cuando pienso en su trabajo tiene que ver con las estructuras. Claro: no solamente deja de responder al convencional “de 9 a 18”; sino que, en sus palabras, trabajar de noche –lo que hace- es una cuestión un tanto extraña. “Lo más difícil, diría yo, es administrar mi tiempo libre”. Y cuando decimos libre nos referimos no únicamente al tiempo de ocio, sino al resto del tiempo; en que uno debe también encontrar comodidad y disposición para desarrollar la otra parte de la tarea, que no se ve en el escenario: la del artista sentado o caminando por la casa produciendo sus textos, dándole vuelta a las ideas, tachando, corriegiendo, pensando y re-pensando-se.
“Me parece que lo más valioso que puede haber es trabajar para uno mismo”, me dice. “Es esto lo que divide las aguas. Tengo amigos que antes trabajaban mil horas para una corporativa, y a lo mejor ahora son workaholics pero de sus propios proyectos. A esos los banco, a esos les digo sí: si es para vos, trabajá mil horas, está todo bien”.
Actor como primera profesión, formado con maestros de la talla de Raúl Serrano y comediante por elección y por evolución natural, Juan reparte sus días entre los shows nocturnos, las clases de stand up, la preparación de materiales –entre otras cosas- y la paternidad: tiene tres hijos pequeños. Por eso, aprender a administrarse de manera que la disponibilidad para ellos sea prioridad también es importante. Cuando escribe el material de los monólogos, hay temáticas que lo atraviesan, y esta última es definitivamente una de ellas: en 2016 se convirtió por primera vez en papá, trayendo al mundo a mellizos. De ahí que en sus siguientes trabajos apareciera indefectiblemente el mundo de los partos, de las primeras necesidades y también de las primeras impresiones: algo de lo que no se puede escapar. Sin embargo, afirma que a la hora de escribir no necesita estrictamente haber pasado por la experiencia de la que hablará. “No siempre preciso que sean mis cuestiones. A veces salen cosas que surgen de los demás y también están buenísimas”. En definitiva, todo tiene que ver con la humanidad.
Ante la pregunta de si hacer humor es una manera de tolerar con mayor facilidad la vida, responde que sí. “Creo que inconscientemente lo es”. Por otro lado, asegura que está en contra de aquellos que insisten en afirmar que en Argentina, quienes se dedican a hacer comedia han atravesado estrictamente situaciones difíciles o delicadas de la vida. No. “Está bueno ese personaje de poeta triste, pero esto no es real”. Los comediantes solemos ser personas de clase media, con varias formaciones, que tenemos la posibilidad de utilizar el humor como una herramienta y especialmente como un medio poderoso de opinión: pues eso es lo que el humor es.”
De este modo, reconoce que el stand up resulta para él un recorte de la realidad en el cual lo que sí debe ser propio, necesariamente, es el punto de vista de quien lo hace.
¿Tenés ganas de venir a Tandil? –le pregunto. ¿Qué pasa con esto de salir de viaje para trabajar? Juan se ríe y me responde que, según su visión, venir al Sierra Comedy es casi como un viaje de egresados: Imaginate. Varios comendiantes en una combi, mate, buenas charlas, una ciudad hermosa, la mejor onda con los productores, y por si fuera poco una gastronomía que da felicidad. Por eso, subirse a un vehículo para trasladarse hasta aquí es una tarea que le genera alegría.
Además, hacer humor siempre le significa una especie de bálsamo. Sin embargo, no es ni remotamente lo único que se imagina haciendo: tiene un libro de cuentos infantiles por editar, y muchas ideas en cocina por concretarse. Mientras tanto, es consciente de que la tarea a la que se aboca fluye en él con naturalidad: “Mi papá estaba siempre atravesado por el humor. En mi casa era una cuestión constante, como para otros lo fue fue la música o el arte. Hoy en día, cuando voy a una reunión de ex compañeros o egresados, y alguno se entera de que estoy haciendo esto, le parece lo más normal del mundo. No es como si le dijera: “Soy astronauta de la NASA.” Risas.
Dueño de una amabilidad particular, espera con alegría el próximo sábado: sabe que Tandil lo recibirá con los brazos abiertos cuando él, una vez más, se suba al escenario para hacer lo que nace sin esfuerzo. Quizás podríamos decir que la clave del éxito tiene también que ver con esto: el próximo quince de febrero, en Tandil, será sábado de stand up, de monólogos y de comedia. No habrá lucha: habrá alegría.
SIERRA COMEDY STAND UP 2020
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