¡Abrimos la puerta de entrada y voilà…! Sorpresa, bienvenida o decepción
Por Ana Cernelli
El tipo de vivienda que habitamos, determina en general la proporción y la forma del lugar que nos recibe. El hall de entrada, recibidor o vestíbulo, que nos espera detrás de la puerta principal, donde invitamos a pasar o donde ponemos el límite.
Para la técnica milenaria del Feng Shui, es el lugar por el cual ingresa la energía (chi) y contempla varios principios en cuanto a color, formas y disposición de los elementos. Más adelante dedicaré un artículo a este tema.
En departamentos de escasos metros es posible que forme parte del mismo espacio destinado al living-comedor, en forma abierta y directa. En otras ocasiones, podemos disponer de un pequeño muro lateral u opuesto a la puerta de ingreso. En una vivienda de mucha categoría, puede asemejarse a una entrada gloriosa.
Podemos crear una sutil barrera visual o física para separarlos del resto de la casa. La ventaja que encuentro es el resguardo de la intimidad, ya que la presencia de alguien que debemos dejar entrar y con quien no tenemos una relación de confianza, puede resultar incómoda.
Si la planta de la vivienda lo permite es ideal contar con este espacio, el cual reviste una importancia que muchas veces no es tenida en cuenta. Es la zona intermedia, el nexo entre el exterior y el interior. De acuerdo a los hábitos de cada uno, está allí para recibirnos, para que nos aliviemos del peso de la cartera, de la mochila, del abrigo que ya no hace falta, de las llaves los lentes o el teléfono. En las zonas urbanas de nuestro país no es habitual dejar los zapatos, pero en muchos países europeos, asiáticos, norte de África y Canadá, sí lo es.
Sin importar si se dispone de 1,50 o 6 metros cuadrados, hay que pensar que sólo en viviendas de muchos metros cubiertos el hall puede ser una habitación en sí misma; pero en la mayoría de los casos es un lugar de paso o de pocos minutos de permanencia.
La proporción del equipamiento que destinemos debe guardar relación en dimensiones y en categoría.
Si el techo es bajo, es aconsejable que utilices mobiliario o decoración que enfatice las verticales, para mejorar la sensación de altura.
Una decoración en sintonía con el resto de la casa nos informa del estilo particular de quién vive en ella y las posibilidades de mostrarlo en pocos elementos son muchas. Coordinando el estilo, color y materiales , o las líneas y las formas. Una elegante banqueta tapizada de color neutro, o una chaise longue en tono gris o visón de fina textura, acompañada de un espejo de formato XL, no dejan indiferente ni al menos observador.
Un cuadro de gran tamaño declara su presencia pudiendo simplificar el mobiliario y los elementos que completan el conjunto.
En un planteo decorativo más simple y tradicional, elegimos un mueble de poca profundidad ( no más de 25/30 cm) que otorgue superficie de apoyo, en sus posibles versiones:
*Apoyo superior con o sin lugar de guardado
*Con o sin cajones
*Con cajones y estante inferior
*Sin cajones y con estante inferior
*Sólo estantes
Una pieza de mayor volumen encaja cuando el recibidor supera 1,50 m de ancho, siempre y cuando no se ubique en la misma línea de la puerta, ya que perjudica el paso. Pensemos que, en una llegada o una despedida, varias personas pueden encontrarse por unos momentos en el mismo espacio, o que un cochecito de bebé debe pasar con holgura sin rozar el mueble.
Desde una cómoda estilo Luis XV reciclada hasta un simple banco rústico de madera, son aptos para este ambiente.
Un mueble de patas delgadas o uno de tipo flotante, despejan la visual en recibidores estrechos.
En un aspecto práctico, al equipamiento imprescindible sumaríamos un perchero de pie o de pared donde debe cuidarse el orden, tratando de no acumular abrigos o carteras, cuando no es posible un placard con puertas, empotrado o exento.
Considero necesario colocar un espejo, que proporciona amplitud al ambiente, mayor luminosidad, e invita a revisar nuestro aspecto antes de salir.
Algunas personas optan por diferenciar ese espacio dándole un fuerte carácter a la entrada, ya sea con un color vibrante de pintura, delimitándolo con un llamativo empapelado o suspendiendo del techo una luminaria que no pase desapercibida. Son elecciones válidas para quien cada día traspasa la puerta y quiere sentirse en SU casa.
El agregado de una alfombra lo considero una desventaja. Si bien da mucha personalidad y eleva la composición , se encuentra expuesta a tránsito muy intenso, por lo que mantenerla en buen estado es una tarea extra.
La iluminación natural no siempre es posible, así es que contar con una lámpara de apoyo, además de un aplique de pared , o una lámpara suspendida del techo es ideal para darle identidad y buena imagen.
Entrar a un ambiente luminoso, es sinónimo de bienvenida y alegría. Las velas, lámparas de sal, hornillos de aromas, y todo aquello que provoque sensaciones placenteras, contribuyen a generar un buen recibimiento. Elegilos con cuidado sin sobrecargar de elementos.
Para un estilo más tecno, pensaríamos en superficies metálicas, colores planos, luces led neutras o de color generando un dinamismo muy particular.
Bien definidos, cada uno a su estilo, permitiendo algún detalle un poco más osado que en el resto de la decoración , mostrando desde la primera mirada a quién pertenece el lugar y qué cuenta de mi persona, los recibidores son el espacio al que dedicar la primera atención.
Ana Cernelli: Técnica en Diseño y Decoración de interiores
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