Dar

Lo que das te lo das.

Dar es la tarea más complicada. ¿Dar es la tarea más complicada? Dar, es la tarea más complicada. Dar al otro lo que yo tengo es sumamente difícil. Lo comprobé en mi vida, lo ví, lo veo en las personas. Ofrecer lo que pienso que es mío (mi plata, mi tapado, mi tiempo, mis maquillajes, mi fernet, mi casa, mi intelecto, mis botines, mi perfume, mi auto, mi cuerpo, mi teléfono, mi chocolate, mío, mío, MIS cosas,) nos cuesta un horror. Como siempre: investiguemos,

¿Qué es lo que nos ocurre cuando pensamos en dar? Lo que nos ocurre es que dormimos. Estamos dormidos, no vemos que lo que damos nos lo damos a nosotros mismos. Pensamos que nuestro perfume se gastará, que aquel dinero no volverá a nuestro ahorro. Nos parece que nuestros brazos se agotarán de tanto abrazar, a lo peor. (Escribir a lo peor me recordó un poema de una escritora española que me gusta mucho y se llama Andrea Valbuena, investíguela en Instagram (USE Instagram). El poema dice así:

A lo peor volvemos a vernos y el mundo no soporta tanta catástrofe.

Qué hermoso. En fin, continúo.)

No sabemos dar. Nuestro discurso social está plagado de reclamo, lo que sabemos es decir: no estoy acostumbrado a recibir. BLA, BLA, BLA. Es agosto de 2019 y los seres humanos todavía no entendemos que el único camino posible para sentirnos felices es amando, y amar es dar lo que nosotros somos, lo que tenemos, ofreciendo lo que sea. No importa si es un mate, un departamento, un viaje al congo belga, un millón de dólares. Da igual (DA, IGUAL!) No sabemos ofrecer porque nos da miedo perder.

Si miramos detenidamente la idea de perder, aparece algo interesante, que tiene que ver con perder-se. Perderse vendría a ser una afirmación de que sabemos perder. PERDER- SÉ. Sin embargo, es exactamente eso lo que nos da terror. No es ni siquiera quedarnos sin perfume, es creer que en la entrega desmedida de lo que tenemos vamos a pasar a perder una parte de nosotros, a perder el respeto de los otros, a perder nuestra imagen construida. Estamos convencidos de que en el ofrecimiento está la pérdida,

Invito a través de estas líneas a ofrecer más. Todos necesitamos abrazos, facturas para el mate, chocolates que nos generen endorfinas, charlas cálidas, servicios que puedan pagarse un poquito después, oídos, frazadas para el frío de Tandil (nevó, en su barrio?), perfumes, besos,

Invito & me invito a mirar ese temor de ceder a los demás, de prestarles lo nuestro, de dejarlos usarlo, de regalar, de dar incondicionalmente. Ya lo dijo Alejandro Jodorowsky: lo que das te lo das, pero antes lo dijo Rodolfo Páez: dar es dar, y ahora lo digo yo: dar es lo más maravilloso que nos puede pasar, y espero que cuando lo encuentre me lo diga usted, que me de, entre sus manos, un pedazo de vida,

Para que tenga sentido la mía.

BONUS TRACK:

No cuente el vuelto, siempre es de más.