Yo podría afirmar que esta es una cosa que a todos nos encanta y quien quiera conversarlo conmigo véngame a ver a casa. Si en cambio está de acuerdo mándeme un chocolate con un mandadero, acá siempre hay alguien
Cuando viví en Ecuador me dí cuenta que los argentinos somos, culturalmente hablando, un poco más libres. Con esto no quiero decir -o a lo mejor lo que no puedo es afirmar- que seamos 100 por ciento experimentadores de la libertad (me parece que no) sin embargo que contrastando aquellos monos (así les dicen a los guayaquileños, gracias a dios mi amigo Jorge Caviglia lo tiene claro entonces a él no hay nada que explicarle- ahora pregunto: vió qué hermoso es cuando uno tiene un amigo al que no hay nada que explicarle? Aaaahhhhhh) con nosotros encuentro en este lado una flexibilidad y a lo mejor una posibilidad de pensamiento más amplia,
A propósito del sexo (ahora usted llámele como quiera: hacer el amor, tener relaciones sexuales, hacer cositas…) primero que nada entiendo que tenemos todo que agradecerle: no solo la pasamos genial (casi siempre) sino que es la puerta que nos deja vivir, la entrada a la alegría de ser: tíos, padres, madrinas, hermanos, etcétera. Sin el sexo no estaríamos acá (y yo sé, a usted le encanta estar acá…), si nuestros papás no hubieran pensado un día qué ganas tengo hoy de desvestirme y hubieran tomado la decisión, yo que sé, de ponerse a cortar el pasto en lugar de meterse uno dentro del otro, usted y yo seríamos la nada, es decir, NO seríamos,
Entonces, el artículo de hoy tiene que ver con empezar a pensar y sentir el sexo con libertad, esto es: cortarla de hablar con pudor y mucho menos alimentar ese pensamiento muy poco amoroso que alguien dejó escapar alguna vez: el sexo es malo, tener mucho sexo no conviene (JAAAAAJAJAJAJA), si tenés sexo con una persona después te quedás enganchado y sufrís, mejor me expongo mejor no me expongo, no estoy muy bueno como para hacerlo con la luz prendida, etcétera.
A mí me parece que eso de atravesar la otredad es continuamente una cosa motivante, es nuestro máximo intento como humanos, nuestro más complejo y hermoso desafío. Lógicamente, no me refiero únicamente a quitarnos las prendas y corporalmente entrar en la otra persona, me refiero también a entrar en sus pensamientos (entra, usted, en los pensamientos de los otros?) a entrar en sus sentimientos, a entrar en su pequeño & enorme mundo construído, a la posibilidad de que el otro pueda escucharse, verse y leerse a través de usted, a entrar en sus sueños (no le parece hermoso cuando alguien le escribe un whatsapp y le dice: buen día! soñé con ud! Aww a mí me agarra un ataque de des-esperación y necesito que se me cuenten todos los detalles recordados y luego comienzo a interpretar algo y siempre es una cuestión feliz), a entrar en sus ideas,
Entrar en el otro (en mi caso: la otra, muejeje) es una maravilla, desnudarse lo es, en todos los sentidos, dejarnos ver, auto-amarnos completos y por eso ser amados, quitarnos los prejuicios, si la luz hay que apagarla hacerlo pero sonriendo, permitir que las yemas de nuestros dedos rocen cada partícula, dejar de pensar en lo que no nos encanta de nuestro pelo, comprender que en nuestras manos unidas hay una energía eterna, asumir que una vez que se entra, si se logra, el otro es parte de nosotros para siempre, para siempre, para todas las vidas, respirar y morir una, dos, ocho veces y descansar para volver a vivir, (y hacer mate)
Mi intención siempre es que seamos felices. Hay una frase antigua que puede verse con sencillez en mucha comunicación social callejera, seguro mi amigo Facundo Basualdo la ha leído infinitas veces: el mundo necesita gente que ame lo que hace. Entonces, si usted lo hace, si va y se desviste y se responsabiliza de todo lo que ocurra después, ame fuerte, ame a ese otro con toda la piel, ámelo con el cuerpo y con lo que no se ve, porque eso, eso es lo que más nos gusta. Si mira bien, se dará cuenta de que vamos detrás de todo lo que no se ve… (como el sexo)
Basta de tanto prejuicio, basta de hacernos los que nada, basta del acting, arriba la vida, arriba (mío) usted! Necesitamos sexo porque amamos el sexo, (sugiero) deje de creer que no y comience a creer en los besos,
HAY DE SOBRA.
Hasta pronto
BONUS TRACK: EL MEJOR VIDEO MUSICAL . SEXO, RESIDENTE
Por Florencia Lauga
Licenciada en Comunicación, Actriz, Locutora. Tandilense.
Instagram: @florencialauga
e-mail: liberaespacioya@gmail.com
Notas relacionadas
http://www.abchoy.com.ar/leernota.php?id=158077&titulo=los_amigos
http://www.abchoy.com.ar/leernota.php?id=157909&titulo=la_edad
http://www.abchoy.com.ar/leernota.php?id=157716&t=el_amor
http://www.abchoy.com.ar/leernota.php?id=157391&titulo=la_defensa
http://www.abchoy.com.ar/leernota.php?id=157263&titulo=1_dia_para_enamorarse
http://www.abchoy.com.ar/leernota.php?id=157064&titulo=anestesia
http://www.abchoy.com.ar/leernota.php?id=156861&titulo=volver
Comentarios