Indigo, la startup que desarrolla microorganismos endófitos para incrementar la productividad de los cultivos, se hizo presente en Expoagro, con un stand de 1200 metros cuadrados donde se exhibieron tres cultivos: soja, maíz y algodón
Indigo nació en Boston en 2014 y como parte de la rama farmacéutica se dedica a identificar aquellos microorganismos (bacterias y hongos) que resultan benéficos para las plantas conviviendo en simbiosis con ellas y terminan robusteciendo los cultivos modernos frente a las amenazas externas: sequía, calor, virulencia de las enfermedades, etcétera. En 2017 la compañía desembarcó en Argentina, como primer país fuera de Estados Unidos, y nombró a Carlos Becco al frente de la filial.
En rueda de prensa Carlos Becco, responsable de Indigo en la Argentina señaló “La firma identifica los microorganismos que son beneficiosos, los multiplica y los aplica a los cultivos mediante el tratamiento de semillas. Dichos microorganismos tienen el potencial de aumentar la resiliencia de la planta al estrés hídrico y térmico en ambientes adversos”.
“En este contexto, el objetivo es mejorar la sostenibilidad ambiental de la agricultura, el valor nutricional de los alimentos y la productividad de los agricultores mediante el uso de microbios naturales porque el modelo del agro tradicional está agotado”.
En la misma línea agrego “este año, la empresa lanzó Indigo Research Partners y el Programa de Calidad de Trigo. El primero consiste en el desarrollo de una red de agricultores que evalúan tecnologías en nueve niveles de información: suelo, clima, sensores de cultivo, genética, microorganismos aplicados a la semilla, prácticas de manejo del cultivo, satélites y drones en más de 21.000 hectáreas. La Argentina es el primer país fuera de los Estados Unidos que pone en marcha este programa con un equipo interdisciplinario de profesionales para la gestión de los datos y su análisis”.
El directivo precisó además que “Indigo Argentina, en un año y medio ya tiene 140 clientes y más de 100.000 hectáreas sembradas con sus semillas potenciadas. Exploramos la microbiología, el pequeño mundo de los microorganismos, a pesar de todos los años de trabajo en la agricultura, es un mundo inexplorado. No hay nada más diverso en la naturaleza que los microorganismos: se estima que hay un trillón de especies. Y cada uno tiene el potencial de generar un impacto positivo en las plantas. Esto no nace de la agronomía, sino de la medicina. Hoy la industria farmacéutica trabaja en el desarrollo de los probióticos, algo que es un boom. Indigo se focaliza en los microorganismos que viven en los cultivos: identificamos los buenos, los benéficos, los que ya están en la naturaleza, y los incorporamos a los cultivos. Así se generan plantas que tienen tolerancia al estrés, a la sequía”.
“De un trillón de microorganismos estimados que existen, tenemos 70.000 identificados y 10 que ya son productos registrados en la Argentina. Cada uno es una especie, un ser vivo, diferente. Cada uno funciona en un cultivo en una situación determinada”.
“Todo el tiempo estamos buscando microorganismos, es una selección feroz, y todo el tiempo aparecen nuevos que correlacionan mejor con un cultivo, una especie o un ambiente. Esto no tiene nada que ver con transgenicos, es todo natural, son microorganismos naturales que ya están en las plantas. A veces, en una sequía grande, aparece algún cultivo en medio de muchos muertos. Bueno, sobrevivió por algo que tiene adentro. El Gobierno hoy, por medio del Senasa, nos exige que no incorporemos microorganismos que no existen en la Argentina”, sentenció Becco.
Al ser consultado en que momento es mas eficiente la intervención “es cuando la planta nace, primero porque es cuando se puede ser más preciso aplicándola y también pocos mililitros de solución de microbios sirven para cientos de kilos de semillas. Es muy preciso. Es el momento de más control sobre el sistema. Nuestro hardware es la semilla, tomamos semillas de terceros y las potenciamos”.
“El potencial de esta tecnología es enorme, empezamos por lo más común: ‘el dolor de cabeza’. Nuestra puerta de entrada es apuntarle al estrés, que está siempre y hace que la planta produzca menos, o deje de producir. Con este microorganismo interno puede seguir produciendo, no es magia: la planta desarrolla más raíces y se prepara mejor para un mal año climático”
También explicó que “El mundo consume enormes cantidades de fertilizante, que es mucha energía, carbono y contaminación a las aguas. Atacar esto es ayudar a hacer una agricultura más sostenible. Se puede ayudar a transformar los alimentos y agregarles valor. Pero de qué sirve eso si todo el sistema agrícola está pensado para hacer volúmenes, para hacer commodities. Por eso Indigo está lanzando un marketplace, una plataforma digital para comercializar granos, con la premisa de que cada productor pueda producir algo diferente y que cada comprador pueda necesitar cosas diferentes”.
Nuestro clientes probaron la tecnología y nos fue muy bien - Al año siguiente, en la campaña que pasó-, saltamos a 100.000 hectáreas, multiplicamos por diez; nos expandimos a cuatro cultivos, soja, maíz, trigo y algodón; y pasamos de 30 a 140 clientes, un montón. Tenemos datos precisos de diciembre de trigo, con información del productor. De 5.000 hectáreas, aumentamos el rendimiento un 3%, unos 20 dólares por hectáreas, es un número significativo. Diez para ellos, diez para nosotros.
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