Luis Zanazzi* es el Coordinador del Plan Nacional de Inclusión Digital que lleva adelante el gobierno nacional y esta semana estuvo en Tandil, ofreciendo una charla orientativa para padres, respecto del acompañamiento que es cada vez más necesario, en relación a los peligros que acechan en el universo tecnológico.
Por Mariano López Guerrero (marianolopezguerrero@gmail.com)
Sin buscar demonizar una realidad indiscutible (los jóvenes de hoy viven navegando, con naturalidad, en un océano de tecnología en el que muchos adultos se ahogan), Zanazzi advierte que las plataformas digitales han creado, así como enormes ventajas en términos de comunicación y acceso a la información; nuevas modalidades de lo que se denominan “ciberdelitos”.
En el caso de los adolescentes, algunos fenómenos vinculados al acoso, el hostigamiento y el chantaje sexual, asoman como los más comunes y sobre los cuáles, se torna imperioso para los padres conocer más, para estar más alertas.
-Es interesante esto de hablar sobre cómo acompañar a los chicos en un espacio que sienten propio, y en el que difícilmente quieran convivir con los padres.
-Como vos decís, les es muy propio y no quieren que entremos, pero tenemos que entrar. El mundo virtual o de las tecnologías no es una cuestión solo de chicos adolescentes, sino que también tiene que ser de los adultos, en el rol de padres, porque hay ciertos riesgos de los que tenemos que estar conscientes que los chicos pueden enfrentar y que nosotros podemos ayudarlos a encararlos y obviamente, a evitar aquellos que conllevan un riesgo físico y desembocan en situaciones que, lamentablemente, se han dado y se están dando en nuestro país, como casos de grooming o de ciberbullying.
-El tema es que muchos adultos van quedado un poco afuera y es posible que sepan menos de lo que sus hijos saben. Es difícil tratar de regular en un espacio en el que somos más aprendices que nuestros hijos.
-Es cierto. En las charlas que hacemos, nosotros mostramos un contexto donde vemos estadísticas, que es una encuesta de UNICEF, del año 2016, que se hizo con chicos de entre 15 y 18 años. El 80% de los chicos saben más que los mayores, sobre Internet y sobre nuevas tecnologías. Y son conscientes de eso. Que saben más sobre tecnología y sobre el manejo de teléfonos inteligentes que sus padres y que sus docentes. Con lo cual, nos encontramos en una situación de desventaja los adultos, por una cuestión generacional, de apatía o lo que sea, pero al mismo tiempo, usamos la tecnología, desde edades muy tempranas, como se usaba la televisión antes. Como un chupete electrónico. Es la misma lógica. Si queremos que un chico se entretenga, le damos una tablet o un celular. Por eso, nosotros hablamos no de controlar ni de prohibir, sino de acompañar; porque sino, es una necedad o es intentar tapar el sol con las manos, tratar de impedir que los chicos naveguen en Internet o que usen redes sociales. En cualquier lugar van a poder hacerse el perfil que quieran, en la red social que quieran, y obviamente, a espaldas nuestras. Y es lo peor que podemos hacer nosotros, es que ellos usen las redes a espaldas nuestras. Los adultos tenemos que acompañar, preservando y garantizando que los chicos tengan cierto ámbito de intimidad que se merecen, pero de ninguna manera, pensar que es solo una cosa de ellos. Es cuestión de todos, porque hay peligros que acechan, como el sexting, el ciberbullying, el grooming, en los cuales tenemos que guiarlos y generar la confianza de que cuando ellos vean una situación que los incomoda, o los molesta, acudan a los adultos.
Lo que no podemos hacer los adultos es seguir negando esto, o considerar que la tecnología o las redes sociales es solo una cuestión de chicos, donde ellos se divierten y se relacionan.
-¿Cómo hago para crear esa confianza y que me dejen interactuar con ellos en una red social?
-No es fácil. Yo tengo una hija preadolescente y cuando uno trata de ver en la pantalla lo que está mirando, lo primero que hace es tratar de ocultarla. Es decir, todo forma parte de los lazos que hayamos construido de confianza y de empatía con nuestros hijos. Si nosotros no tenemos diálogo desde hace tiempo y de golpe queremos acompañarlos en Internet, va a ser difícil. Es un proceso de mucho diálogo, porque también en el proceso de crecimiento de los chicos, las relaciones son tirantes, son difíciles, porque nuestra autoridad como adultos empieza a ser interpelada, los chicos empiezan a darse cuenta de todos los defectos que tenemos, las fallas que tenemos y de alguna forma, tenemos que empezar a tratarlos casi como adultos, porque sabemos que necesitan que los acompañemos en ese camino, pero lo que tenemos que hacer sí o sí, es tratar de estar y de advertir. Las primeras conversaciones seguramente van a ser media “secas”, pero lo importante es sentarse, y hablar, hablar y hablar. Y es por eso que hay que apuntar a la prevención y a saber cómo contener a nuestros hijos si han pasado por algo de esto.
-Ya de por sí, abordar el tema del bullying es delicado para los padres. ¿El ciberbullying puede considerarse un fenómeno similar, pero solo que en otro espacio, en un escenario virtual?
-Es más complejo el ciberbullying. Porque incluso cuando uno pensaba en el bullying años atrás, de última estaba constreñido a algunos espacios específicos: la escuela, el club, etc. Y tenía determinado horario. Hoy, el ciberbullying, con las herramientas digitales, es 24x7. Las 24 horas de los 7 días de la semana. Con lo cual, a los chicos les es muy difícil encontrar espacios en los cuáles escapar del bullying. El hostigamiento, la humillación, la cargada existe y hemos tenido historias trágicas en nuestro país. En ese caso, lo que aconsejamos es que no hay que alentar la venganza, no hay que minimizarlo, tampoco exagerarlo, y tiene que ser un tema que se aborde entre adultos, con docentes y padres y en el ámbito de la familia. Cualquiera de estos riesgos, si no hay diálogo, si no hay confianza dentro del grupo familiar, es muy difícil acompañarlo.
-Hay otros términos que empiezan a aparecer, que suenan más lejanos, como “grooming” y el “sexting”. ¿Qué significan?
-El “grooming” es el acoso sexual virtual, o cuando un adulto se hace pasar por un menor en una red social, para acosar sexualmente a otro menor, chantajearlo, etc. A veces le pide alguna imagen y luego lo empieza a extorsionar para hacer un encuentro físico, o que le siga mandando fotos subidas de tono. Lamentablemente, en los últimos tres o cuatro años, las principales redes sociales, como Instagram, Whatsapp y principalmente Facebook, han sido utilizadas por “groomers” o acosadores sexuales virtuales, para captar la atención de chicos y en algunos casos, han terminado con las vidas de algunos menores. En cambio, el “sexting”, no es una conducta dañina en sí misma, sino que es cuando uno se saca una foto íntima o graba un video, solo o con su pareja en una relación, ya sea duradera o casual. La cuestión, es qué pasa cuando nosotros perdemos control de ese material. Si nos roban el teléfono, si nos lo hackean. Si esas imágenes se viralizan, hay un daño real, en ese caso. Todo lo que está en Internet deja huella y es casi imposible borrarlo. El sexting es un problema para adolescentes y también para los adultos. Hay muchos casos de personas famosas a las que se les han filtrado videos de su intimidad. Si bien uno podría sospechar que en algunos casos es una maniobra de instalación mediática, también grafica a qué es a lo que estamos expuestos. Si un joven hoy va a buscar trabajo y deja su currículo, las empresas googlean ese nombre y van a ver todo lo que haya en redes sociales sobre esa persona. Y una vez más digo: todo lo que ponemos en Internet, deja huella. Es casi imposible borrarlo. Por eso tenemos que concientizarnos y concientizar a los adolescentes sobre la diferencia entre lo privado y lo público. Y lo público exacerbado por la exposición en redes sociales y a través de las herramientas digitales.
Una foto que para nosotros puede ser inocente, para algunas personas puede no serlo y puede ser un material que utilicen de una manera maliciosa.
-Entonces, se torna indispensable para los padres interiorizarse sobre estos nuevos términos digitales y poder entenderlos, para intervenir.
-Y sí. Internet es un mundo de oportunidades, no exento de riesgos, como los que estamos hablando ahora. Lo que no podemos hacer los adultos es seguir negando esto, o considerar que la tecnología o las redes sociales es una cuestión de chicos, donde ellos se divierten y se relacionan. Sí. Se divierten, estudian, mejoran, es buenísimo. Pero tiene algunos riesgos sobre los que nosotros como adultos, en nuestro rol de padres, en nuestro rol de autoridad, no podemos mirar para otro lado. Tenemos que informarnos, tenemos que saber cómo operan esas redes sociales, sentarnos con nuestros hijos y tratar de generar un vínculo con el conocimiento mínimo que tenemos que tener para encarar la problemática, junto con los chicos.
-Está clara la responsabilidad parental, que es ineludible. Ahora, ¿el ámbito de la educación no ha quedado un poco descolocado en esto?
-Sí. Pero al menos en los últimos dos años hay una reacción, por lo menos en la provincia de Buenos Aires, porque desde el Ministerio de Modernización estamos trabajando con la Dirección General de Cultura y Educación difundiendo este tipo de problemáticas y concientizando en las escuelas. Pero obviamente, hay que ver la manera de volcar en la currícula y en el sistema educativo, este tipo de información preventiva en el uso de redes sociales.
VACIO LEGAL
-Es claro que en general, ni siquiera los adultos revisamos demasiado bien lo que hacemos. Es por eso que millones de usuarios de Facebook aparecen sorprendidos con el uso que la compañía ha hecho de sus datos personales, ¿no?
-Facebook se alimenta de lo que nosotros ponemos allí. No es que nos obliga a poner tal foto o tal información. La responsabilidad está en nosotros respecto de qué estamos subiendo o publicando. Y ver qué grado de exposición, como adultos, les damos a nuestros chicos. Cada vez que sacamos una foto de nuestros hijos menores, a veces en situaciones íntimas, personales, familiares, también los estamos exponiendo a ellos. Una foto que para nosotros puede ser inocente, para algunas personas puede no serlo y puede ser un material que utilicen de una manera maliciosa.
-¿Y qué pasa desde el punto de vista legal con la utilización de esas imágenes?
-En nuestro país hay jurisprudencia que avala el derecho al olvido. Uno puede pedirles a las redes sociales que eliminen el material que tienen sobre nosotros. Pero hoy, hay una zona gris. La mayor parte de las personas que han tenido problemas de ciberbullying, o grooming, o sexting, han tenido que recurrir a mucha arquitectura legal y a gastar bastante dinero para conseguir que una red social bajara el material. Creo que hay que trabajar todavía en materia de legislación, respecto de qué es lo que pueden hacer las redes sociales con nuestras imágenes y también fortalecer el derecho al olvido.
Hoy, el ciberbullying, con las herramientas digitales, es 24x7. Las 24 horas de los 7 días de la semana.
-Pero si yo tomo la foto de alguien de su muro, sin autorización ¿es un delito?
-Por lo que yo entiendo, sin ser especialista en materia legal, hay un gris. En el caso de Facebook, no lo hace con las fotos, lo que utiliza son los datos. Pero en el caso de que alguien utilice tus fotos, creo que hay una suerte de vacío legal.
-Estas plataformas han dado lugar a la aparición de un nuevo fenómeno, que son los “trolls”. ¿Sobre ese tipo de actividades hay alguna regulación?
-No hay nada en Argentina y no hay mucha experiencia en Latinoamérica, ni a nivel mundial respecto de la regulación del uso de las redes sociales. Porque en definitiva, de lo que se trata es de ver cuál es el marco regulatorio de las redes sociales y en Argentina no está legislado el uso de Internet. Ni siquiera Internet está declarado como un servicio público, pese a que el mismo gobierno nacional está dando accesibilidad, no está regulado ni el uso de Internet, ni el comercio electrónico y por ende, ninguna de las herramientas que se desprenden de ella.
-Es decir que nació el problema y ahora hay que regularlo…
-En el transcurso de la historia de la humanidad ha sido así. La tecnología avanza y después viene el Derecho y regula. La tecnología va en auto y el Derecho en bicicleta.
-¿Pero, al menos, esa discusión se está dando en algún ámbito?
-Hay varios proyectos legislativos, algunos en la Cámara de Senadores y otros en Diputados, tanto de declaración de Internet como servicio público, como también de regulación del uso de redes sociales, por ejemplo.
-Volviendo al tema de los jóvenes y la tecnología. Es claro que ha cambiado la forma de sociabilidad de las personas. ¿Creés que esta nueva manera de interactuar impacta para mejor o para peor?
-Yo creo que los chicos están, con la tecnología, mucho más conectados e informados. En términos virtuales, obviamente. Ahora, también está la cuestión de que los chicos hoy tienen menos capacidad de concentración, poca internalización de algunos temas, poca capacidad de reflexionar sobre cuestiones específicas. Pero el tema de las relaciones cara a cara, como nosotros teníamos con nuestros padres, es algo que se va pauperizando. Hoy uno ve que los chicos van a un lugar y lo primero que piden es la contraseña del wi-fi y si no están con una pantalla, enseguida se están aburriendo. Por un lado, eso es preocupante, pero también tiene aristas buenas, como las oportunidades de conectividad y acceso a la información y a un montón de herramientas que son útiles para los chicos. Aunque en el balance, yo creo que es un poco más lo negativo.
-Bueno, esto también obliga a modificar el abordaje educativo. Es difícil pedirles a los estudiantes que se memoricen nombres de ríos o fechas históricas, cuando es información que consiguen en segundos en Google.
-Mirá, hasta hace algunos años, para hacer un trabajo en la facultad, había que ir a una bibliografía determinada que te daban, que había que fotocopiar o había que ir a la biblioteca. Si eso no alcanzaba, había que buscar en otros libros. Hoy, esa información está en la palma de la mano de cualquiera de nosotros. Entras a la Enciclopedia Británica, o a Wikipedia, a cualquiera de esas y tenés todo en la mano, con un costo de acceso bajísimo, o casi nulo. Antes, en la escuela, esa información enciclopedista de saber sobre los ríos, las fechas, etc., tenía un costo de acceso, alto. Por eso la escuela nos daba ese conocimiento. Ahora, no es necesario. Ahora, la escuela apunta más a formarnos en competencias, en aptitudes, más que en conocimientos teóricos.
Tenemos que guiarlos y generar la confianza de que cuando ellos vean una situación que los incomoda, o los molesta, acudan a los adultos.
-Finalmente, me parece importante saber qué hacer si descubro que mi hijo/a está siendo víctima de algunos de estos sucesos de “grooming” o “ciberbullying”.
-Depende del caso. En una situación de “grooming”, hay que contenerlo. La primera medida es hacer todas las capturas de pantalla y diálogos que haya tenido el menor con su acosador, no denunciarlo en las redes para evitar que cierre todos los perfiles y hacer la denuncia penal de forma inmediata, porque existe una ley, que es la 26904. Y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos ha creado un 0800 de consulta y mesa de ayuda que funciona las 24 horas del día.
-Curiosamente, lo primero que hace mucha gente víctima es esto de viralizar la imagen del acosador, como una especie de mecanismo de defensa, ¿no?
-Es un error. Primero hay que capturar todas las pruebas y luego hay que hacer la denuncia penal. Y en el caso del “ciberbullying”, es un tema para hablar con las autoridades educativas, con los profesores o los adultos responsables de los espacios en los que se hayan dado estos actos y después es un tema que no hay que minimizar, ni exagerar. Hay que hablar con los chicos para que cuando les llega una imagen o video en el que le están haciendo ciberbullying a alguien, corten la cadena, no lo viralicen y obviamente, no alentar la venganza. Y finalmente, en el caso del “sexting”, también hay que radicar la denuncia correspondiente.
RECOMENDACIONES
Ciberbullying: Se da cuando un menor es amenazado, humillado, burlado o molestado de alguna forma por otros menores, mediante la publicación de textos, imágenes, videos o audios a través de Internet.
Grooming: Es la acción para la que un adulto usa Internet para ganarse la confianza de un menor (en general, haciéndose pasar por un chico/a en redes sociales), para abusar sexualmente de él.
Sexting: Es el envío de fotos o videos sexuales propios, a través del celular. Suele partir de un contexto de intimidad pero por indiscreción, hackeo o robo, el material se vuelve público.
¿Cómo actuar?
No prohíbas el uso de Internet ni les saques la computadora.
Acompáñalos y guíalos para que hagan un uso responsable y productivo.
No hagas que tengan miedo a Internet y la tecnología por ser “peligrosa”.
Hablar sobre los riesgos, cuáles son y cómo cuidarse.
No vigilarlos a sus espaldas, creando perfiles falsos o descifrando sus contraseñas.
No restar importancia a lo que les suceda “en línea”, por considerar que “no es real”.
Entender que para ellos, no hay distinción y lo digital forma parte de su realidad.
Importante
Todo deja huella: Una vez que un material llega a la web, su circulación no se puede controlar ni frenar.
Anonimato y falsa identidad: Es muy fácil jugar a ser alguien más. Los “conocidos por la web” son desconocidos.
Lo privado se hace público: Sin cuidados, todo lo compartido en la red puede ser visto por cualquier persona.
Consejos
-Blindar los dispositivos
-Navegar con precaución
-Frenar lo que incomoda o asusta
-Mantener privado lo privado
-Saber que el mundo online es parte de la vida real
Señales
Estar atentos a cambios de humor y hábitos
Mal desempeño o ganas de faltar a la escuela
Cambios de humor repentinos o desánimo
Permanente dependencia de sus dispositivos electrónicos
Si creés que tu hijo/a puede ser víctima de grooming, podés contactar al equipo niñ@s contra la Explotación Sexual en la línea gratuita 0800 222 1717, todos los días del año, desde cualquier lugar de Argentina.
internet@modernización.gob.ar – argentina.gob.ar/inclusiondigital
*Luis Zanazzi es Licenciado en Ciencia Política de la Universidad del Salvador; Maestrando en Economía y Ciencias Políticas del ESEADE y Maestrando en Administración y Políticas Públicas de UDESA.
Posee amplia experiencia en gestión en organismos nacionales (Cancillería, Anses, Inap, Lotería Nacional) y municipales (Ex Secretario de Producción, Turismo y Cultura del Municipio de Luján).
Es Profesor en la Universidad del Salvador, capacitador en organizaciones públicas sobre temáticas de planeamiento, evaluación y control de gestión y procesos organizacionales y gestión de calidad, entre otros.
Días atrás, visitó Tandil, donde ofreció la conferencia “¿Cómo acompañar a tus hijos en Internet?”, en el marco del Ateneo del Tercer Milenio.
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