El Dr. Alexis Benatti, toxicólogo, participó el pasado martes de las 40° Jornadas de BPA sobre aplicación de fitosanitarios, y ofreció una charla sobre el impacto real de este tipo de productos, sobre la salud.
Benatti, tiene su rama de especialidad en toxicología, en plaguicidas, metales, hidrocarbuos y ponzoñas.
El profesional indicó “desconocer”, porque “tiene mas repercusión, llama más la atención o la gente se queda más con el concepto alarmante, temeroso, peligroso, que genera pánico; y no con la parte científica”.
“Mi postura es científica, me baso en eso. En esto es importante la información y la interpretación. Y la información está y hay que leerla completa. Cuando se muestran trabajos hay que saber interpretarlos y hay que llevarlos a la práctica”, expresó.
Benatti aseguró que “el Glifosato tiene características químicas, que es muy difícil que penetre al organismo por vía inhalatoria o por vía dermal, Tenemos que tener la piel lastimada y después de 24 horas de exposición. Es decir, si se te volcó el glifosato en el brazo y no te lo lavas por 24 horas, después puede penetrar. Y penetra muy poco, porque está diluido en agua, porque tiene un coeficiente de partición totalmente negativo. Pasa lo mismo con el agua cuando nos bañamos, nos intoxicaríamos con agua si el agua penetrara en la piel. EL Glifosato está diluido en agua, como otros plaguicidas, como el paracuat o el 2-4-D”.
“Tengo muchas consultas de operarios que les cayó plaguicida y le pica, se pone roja la zona, sí, lleva tres días, pero el contacto queda ahí. Se absorbe muy poco, un 2 o un 3 %. Esto cambia cuando hablamos de insecticidas, de acaricidas, porque están diluidos en hidrocarburos. Esto si penetra mucho mas fácil en la piel y le da lugar al plaguicida que entre. Ahí se absorbe y se puede dar un cuadro. En resumen, la exposición es todo, si estás expuesto y luego, cuánto te expusiste”, explicó.
Advirtió que si los plaguicidas tuvieran el poder de intoxicación que los sectores críticos les adjudican, “después de tantos años de siembra directa, estaríamos todos intoxicados. Con la cantidad de plaguicida que se usa en la Argentina, todos los pueblitos estarían intoxicados”.
“Hasta hace poco tuve pacientes que eran banderilleros. En la charla una concejal lo mencionó y gracias a los movimientos se han empezado a ajustar algunas medidas. Yo estoy agradecido a eso. Se empezó a trabajar de otra manera en el campo, a nivel mundial. Los plaguicidas bajaron muchísimo la toxicidad aguda, el poder residual. No tenemos más organoclorados, lo cual es para aplaudirlo. Después hay intereses y se exponen cosas que no tienen sentido ni criterio”, opinó.
Benatti comenzó a trabajar en el año 2011 en la capacitación de médicos, respecto de los plaguicidas y sostuvo que “hicimos capacitaciones en muchísimos lugares, en algunos con mucho publico, en otros, lamentablemente, los médicos no se interesaron. Pero siempre al final de la discusión, el tema eran los problemas crónicos y después de 10 años sigo teniendo la misma discusión y tratando de explicar lo mismo. Una intoxicación crónica es muy difícil para el toxicólogo, diagnosticarla, y decir que es por ‘tal cosa’. Estamos expuestos a millones de cosas. No se puede hablar tan ligeramente de un problema tan sensible como es este, que además, repercute en el sistema productivo, el económico, de salud”.
“Un mal diagnostico es una pérdida de oportunidad de tratamiento o de sacarlo de la exposición al menos. Y es una mala evolución de la patología. El sesgo que muchas veces lleva a los médicos a decir que todo es por los plaguicidas, bueno, ¡Guarda!, puede ser una infección, puede tener una mala evolución y terminar con la vida de ese operario. Eso ha pasado, no lo estoy imaginando”, afirmó.
El profesional llamó a “seguir trabajando con las buenas practicas, insistir con eso. Que los operarios y productores se terminen aggiornando a eso. Algunos siguen haciendo las cosas tal cual la hicieron siempre, yo les digo que están jugando a la ruleta rusa, porque te puede pasar o no, pero una vez que aparece la toxicidad es difícil revertirla”.
Destacó como “algo muy bueno”, que las aplicaciones sean fiscalizadas por los ingenieros agrónomos y consideró importante, “que haya un sistema virtual donde cualquiera, preocupado por la situación, se pueda fijar si están aplicando bien o mal. Trabajar en la información, sería muy bueno”.
“En los grupos que muchas veces reclaman, nunca veo toxicólogos. Ese es un buen parámetro. Se ven intoxicaciones cuando se realizan las cosas mal, no se protege, no se aplica como corresponde. Pero no tenemos una problemática epidemiológica en todo el país, como para decir que estas patologías responden a eso”, remarcó.
Finalmente, Benatti aclaró que “desde las primeras charlas que di, hice referencia a que los domisaniatrios y el cordón frutihortícola es donde tenemos la mayor exposición a elementos tóxicos”.
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